Entre chicanas y acusaciones, Hillary y Trump protagonizaron el último debate presidencial
Hubo fuertes golpes e intensos cruces en Las Vegas, donde los candidatos realizaron el tercero de los debates que giró en torno a seis áreas de discusión: inmigración, gasto público, economía, la Corte Suprema, política exterior e idoneidad para la presidencia de Estados Unidos.
Este miércoles por la noche, la candidata demócrata Hillary Clinton, y el republicano Donald Trump se cruzaron en el tercer y último debate presidencial de cara a las elecciones que se realizarán el próximo 8 de noviembre, en donde intercambiaron golpes y acusaciones durante una hora y media.
Con el periodista de la cadena Fox Chris Wallace como moderador, quien en la previa había anticipado que sólo iba a acotar su rol a hacer preguntas, los temas a tratar fueron inmigración, gasto público, economía, la Corte Suprema, política exterior e idoneidad para la presidencia de Estados Unidos.
De esta manera, uno de los momentos más resonantes del debate fue cuando Trump dijo no saber si aceptará los resultados de los comicios. Apelando a un supuesto ‘fraudo electoral’, el magnate deslizó que decidirá “en el momento” si acepta o no una eventual victoria de su oponente en las elecciones.
Por su parte, Clinton acusó al republicano de favorecer al presidente ruso, Vladimir Putin, por sobre las Fuerzas Armadas y la inteligencia de Estados Unidos, luego de que el magnate inmobiliario rechazara aceptar las afirmaciones de Washington de que Moscú ha buscado interferir en las elecciones para beneficiarlo.
En un intercambio altamente combativo, la exsecretaria de Estado dijo que Putin apoya a Trump porque "prefiere tener a una marioneta como presidente de Estados Unidos", según informó la cadena CNN.
Al comienzo del debate, el empresario inmobiliario se mostró más disciplinado y circunspecto que en los dos anteriores, en los que había interrumpido constantemente a Clinton mientras ésta hablaba de manera pausada.
Sin embargo, con el correr del debate, Trump no pudo con su genio y empezó a perder los estribos, cortando a la candidata con un "¡error!", cuando discutieron sobre Rusia y las armas nucleares; o con un "¡no puedes!", cuando su adversaria dijo que iba a "traducir" los planes de reforma impositiva del republicano.
Otro de los temas que tuvo una fuerte repercusión, en especial en las redes sociales, fue el referido a la inmigración. Trump reafirmó que construirá un muro en la frontera con México y llamó “bad hombres” a los latinos.
Al respecto, el republicano acusó a Hillary de perseguir una política de "fronteras abiertas", una caracterización que la demócrata rechaza, y dijo que si su oponente es electa presidente "la gente va a entrar a raudales al país".
Del mismo modo, el magnate intentó despegarse de las recientes acusaciones de abuso sexual en su contra, y culpó a la candidata demócrata de inventar los rumores, algo que Clinton desestimó.
En cuanto a la economía, Trump sostuvo que si llega a la Casa Blanca crearía una "maquinaría económica" que haría que se pueda crecer a un ritmo anual del 5 o 6 por ciento, mientras que si se impusiese Hillary sería de "menos que cero".
En tanto, la exsecretaria de Estado respondió diciendo que el plan económico del magnate hará que el país pierda 3,5 millones de puestos de trabajo, y que aumentará el déficit y el endeudamiento.
Para este último debate televisivo, Clinton llegó con ventaja en las encuestas, mientras que Trump lo hizo golpeado en varios frentes; y así, según la CNN, fue la demócrata la que salió mejor parada en esta contienda. Una encuesta entre sus televidentes la dio como ganadora a Hillary por 52 por ciento, contra 39 por ciento.