A diferencia de lo que suele ocurrir cuando una persona fallece o tiene un cuadro irreversible en el que sus órganos y tejidos son considerados para donación si expresó su consentimiento - o en su defecto se le consultaba a sus familiares directos- en Francia, a partir del 2017, todos los ciudadanos serán donantes salvo que expresen lo contrario.

"En nombre de la solidaridad nacional, se ha elegido el principio de presunción de consentimiento", explicaron las autoridades. Fue así que con ánimos de salvar más vidas y crear un sistema de donaciones más eficiente- según indicó The Guardian en muchos casos el paciente nunca había manifestado su voluntad de donar o no y los parientes solían negarse en un tercio de los casos- Francia optó por invertir el tema y hacer a todos donantes. 

Desde el 1 de enero, los ciudadanos que no deseen ser donantes deberán inscribirse en un Registro Nacional de Rechazo para que se respete su voluntad; además se contempla la posibilidad de que los médicos conversen con la familia del fallecido para saber si alguna vez expresó su oposición oral o escrita a la donación de sus órganos o tejidos.

En el momento de la muerte, los médicos se asegurarán de que la persona fallecida no figura en el Registro Nacional de Rechazo. También conversarán con la familia para averiguar si el fallecido.