Cuando Christopher Charles, un graduado en ciencias, visitó Camboya hace seis años descubrió que la anemia era un enorme problema de salud pública


En los pueblos de la provincia de Kandal no se encontró con niños ágiles y despiertos, sino que eran pequeños y débiles, con un desarrollo mental lento.

Las mujeres sufrían agotamiento y dolores de cabeza, lo que las hacía incapaces de trabajar.

Y las embarazadas enfrentaban serias complicaciones de salud antes de dar a luz, hemorragias entre otras.

Era anemia. Así que, a partir de entonces, Charles se obsesionó con el hierro.


Inspirado por investigaciones previas que demostraban que cocinar en ollas de hierro incrementaba el contenido de esta sustancia en los alimentos, decidió poner un pedazo de ese metal en una cazuela también metálica.

Su invento, ahora con forma de pez, símbolo de la suerte en la cultura camboyana, fue diseñado para liberar la cantidad exacta de hierro que faltaba a las mujeres y niños del país.

"Hierve agua o sopa con el pez de hierro durante al menos 10 minutos", explica el científico.

Así se libera el hierro del objeto metálico. "Después lo puedes retirar (el pez) y añadir un poco de jugo de limón, algo importante para la absorción del hierro".

De usarse de forma correcta a diario, Charles asegura que debería aportar el 75% de la cantidad diaria de hierro recomendada para un adulto e incluso más para un niño.

Pruebas realizadas con cientos de habitantes de una provincia de Camboya demostraron que cerca de la mitad de ellos dejaron de tener anemia después de someterse al "tratamiento" durante 12 meses.

"Mejor que las pastillas"

Imelda Bates, directora del departamento internacional de salud pública de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, en Reino Unido, dice que el pez de hierro es bienvenido.

"Este tipo de enfoques son mucho mejores que las pastillas, ya que éstas son realmente horribles", señala.

"Si es algo culturalmente aceptable y no demasiado caro, entonces cualquier mejora de los niveles de anemia sería muy beneficiosa".

Para hacer frente a la anemia, sólo hay que hervir el pez de hierro.

Cerca de 2.500 familias de Camboya usan ahora el invento y la compañía The Lucky Iron Fish ha distribuido unos 9.000 peces en hospitales y a través de organizaciones no gubernamentales del país.

Pero lo que más satisface a Charles es el hecho de que los ciudadanos parecen haber aceptado el sonriente pez de hierro de 7,6 cm de largo y 200 gramos de peso.

Así lo confirmaron una mujer y su hija que participarán en uno de los ensayos con el pez de hierro en la provincia Preah Vihear y que prefirieron no revelar su identidad.

"Estoy contenta. Los resultados de los análisis de sangre muestran que tengo deficiencia de hierro, así que espero curarme y estar saludable pronto", señaló una de ellas.

"Creo que a toda la gente del pueblo de Sekenroung le gustará el pez, porque el pescado es nuestro alimento diario".