El agotador debate de 4 horas entre los 11 candidatos, a la presidencia de Francia. que no brillaron
Finalmente tuvo lugar el histórico debate presidencial, el segundo con todos los candidatos, en el que sin sobresaltos se cubrieron varios temas mientras el voto útil de la izquierda se desplazó hacia Jean-Luc Mélenchon.
Fueron varias horas, un poco más de cuatro, en las que 11 candidatos- que esperan suceder a Hollande en el Ejecutivo francés- expusieron sus ideas sobre "qué es lo mejor para los franceses".
A menos de tres semanas de las elecciones, el próximo 23 de abril, y con sondeos que señalan que ningún partido tiene chances de imponerse en primera vuelta, el histórico debate sirvió como muestra de la amplitud política y de opiniones que circula en esa sociedad.
En el primer debate solo se incluyó a los cinco candidatos más influyentes, ahora los llamados "menores" pudieron mostrarse e inclinar la balanza de los votos que a esta altura puede ser decisiva en lo que se espera que será una reñida elección.
Entre los temas del debate se destacaron la Unión Europea y la importancia de la misma en la vida francesa, los modelos de sociedad con los que se busca trabajar, la economía y la inmigración.
Cada candidato tuvo, en conjunto, unos quince minutos, que fueron dosificados en intervenciones de uno o dos minutos. Si bien ningún candidato brilló especialmente muchos creen que Jean-Luc Mélenchon puede ser uno de los beneficiados ante el discurso ultraderechista de Marine Le Pen y el investigado por corrupción, el conservador François Fillon.
Solo hubo "chispas" cuando el trotskista Philippe Poutou, del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) acusó Fillon y Le Pen de no buscar limitar los sueldos de los políticos “al salario medio de los trabajadores”, cuando ambos son investigados por desvíos de fondos.
Jean-Luc Mélenchon se transformó en "la novedad" y la tercera fuerza que puede hacerle frente a Le Pen y Fillon en especial en el caso de una segunda vuelta, como indican los pronósticos y si logra el voto útil de la izquierda.
También resultó llamativo que en esta campaña nadie defendió el legado de la presidencia saliente de François Hollande, tan desprestigiado y que lo llevó a no buscar la reelección.