Como lo había anticipado en su discurso de fin de año, el presidente italiano Giorgio Napolitano, de 89 años, presentó su renuncia al cargo por "las limitaciones y las dificultades" derivadas de su edad, explicando que tiene "ganas de volver a casa" para dedicarse a su familia.

Napolitano firmó su renuncia este miércoles, como había anticipado en su discurso al pueblo italiano del 31 de diciembre último, transformándose ahora en presidente emérito.

Por el momento, el cargo quedará en manos del presidente del Senado, Piero Grasso, hasta que sea elegido un sucesor, cuyo nombre será sometido a una primera votación en el Parlamento antes de los próximos quince días, según lo establece la Constitución de Italia.

Sin embargo, al no haber candidatos claros a la presidencia, los bloques mayoritarios buscarán llevar a cabo consensos y el objetivo del gobierno, cuyo primer ministro es Matteo Renzi, es "alcanzar un acuerdo en la cuarta o quinta votación", informó la agencia EFE.

El sucesor de Napolitano, quien fuera electo en mayo de 2006 y reelecto en abril de 2013, será elegido por más de mil electores: 630 diputados, 315 senadores, 5 senadores vitalicios y 58 representantes de 20 regiones, y tendrá un mandato que se prolongará hasta 2020.