A una semana de las reanudaciones por los diálogos de paz en La Habana, el gobierno de Juan Manuel Santos protagonizó una dura ofensiva contra las FARC.

El ejército colombiano bombardeó un campamento del grupo terrorista cerca del municipio de Guapí, en el departamento del Cauca, donde se encontraba la facción que había atacado en abril a una unidad militar donde murieron 11 soldados.

Según las primeras informaciones, el ataque habría dejado un saldo de 18 guerrilleros muertos. Aunque los medios colombianos como El Tiempo, afirman que esa suma podría ascender notoriamente luego de la inspección de autoridades en la zona.

Desde aquel entonces, las autoridades locales habían decidido reactivar “de inmediato” los bombardeos a las FARC, que habían sido suspendidos cinco semanas antes.

El ejército atacó desde el aire y por la noche, lo que significó un acto "aleve y degradante" para el representante de las FARC-EP, Pastor Alape, quien se manifestó por las redes sociales y confirmó los 18 fallecidos.

Parece que la paz está cada vez más lejos en Colombia y esto puede significar el comienzo de algo aún mayor. A pesar de los contactos que se llevan a cabo en Cuba desde 2012, el conflicto ahora se vuelve a incrementar.