Una nueva locura, pero con Ricardo Darín
“Delirium” es la última película del reconocido actor argentino, que llegó este jueves a las salas del país. Una comedia especial, rara y muy delirante, haciendo honor a su título.
Una película difícil de reseñar, que tendrá detractores y amantes por igual. Una completa locura, o un delirio, como bien se expone desde el título. “Delirium” es el estreno más destacado de esta semana, y se trata de una comedia argentina, protagonizada por Ricardo Darín, en una propuesta diferente a lo que venía trabajando este actor, e incluso, a lo que venía entregando el cine nacional.
Resulta interesante ver a Darín haciendo de Darín, rodeado de tres perdedores que no encuentran la forma de ganar dinero, y deciden filmar una película, sin tener idea cómo hacerlo y colgándose de la fama de este actor. Sin embargo, la inexperiencia de este trío, su falta de recurso, y en especial, la torpeza de los protagonistas, harán que las cosas se salgan de control, desencadenando un caos a nivel nacional, y hasta internacional.
Esta delirante comedia se sostiene por la presencia de Ricardo Darín. El actor pone a prueba así, que cualquier tipo de papel, guión, historia o temática, le sienta bien, y se carga al hombro una película, incluso, hasta en algunos momentos donde no aparece en pantalla. Las mejores escenas son las que lo tienen como protagonista, sin ninguna duda.
El trio de primeros actores acompaña, y tal vez el que más se destaca por su naturalidad, es Miguel Di Lemme. Sí son geniales los cameos de periodistas, que hasta parecen imágenes de archivo, aunque no lo son, y también son para resaltar algunas apariciones especiales que no se pueden adelantar porque le quitaría sorpresa a las mismas.
El director Carlos Kaimakamian Carrau compuso una verdadera locura. Si bien está vendida como tal, la película por momentos se torna demasiado delirante, y hasta ridícula. Las interacciones entre los personajes y Darín están muy bien logradas, y son muy divertidas, pero sobre el final, la cinta toma un giro forzado y va perdiendo la gracia.
La virtud del cineasta y guionista fue explotar al máximo la figura de Ricardo Darín, y esto es lo más destacable. Está muy bien lograda toda la introducción a su aparición, generando una divertida expectativa. Además, sabe reírse del propio cine argentino, y de las típicas situaciones que se pueden vivir en un rodaje, y hasta se anima a burlarse del INCAA, aunque esta parodia resulta poco atractiva.
Como resultado, se puede decir que es una película rara, muy rara. El espectador que va al cine ya lo sabe, y si lo que busca es una gran interpretación de Darín, bueno, cumplirá sus deseos. La comedia cumple como tal y también cumple el título, porque “Delirium” es un delirio. Por momentos divierte y por otros se hace pesada, aunque se deja ver.
¿Hay que verla? Sí, pero contemplando que se trata de una cinta argentina especial, un experimento diferente. “Delirium” permite ver a un gran Ricardo Darín, saca varias risas, y no mucho más. Está lejos de ser una gran película, pero, por ser una propuesta diferente y nacional, merece ser vista.