A punto de cumplir 79 años, y en medio de polémicas y denuncias por sus conflictos familiares, Woody Allen continúa elaborando y brindando toda su genialidad y pasión por el cine, y esta semana llega con una cinta nueva. Se trata de “Magia a la luz de la Luna”, una comedia romántica ambientada en los años 20, muy del estilo de su filmografía, aunque no sea ni por asomo, uno de sus mejores títulos.

Se trata de un mago británico, que en medio de una gira por Europa es contactado por un viejo amigo para que viaje a Francia a conocer a una hermosa joven norteamericana, que presume ser psíquica. El objetivo del inglés es desenmascarar a esta supuesta estafadora, que estaría timando a una creyente y millonaria familia del lugar.

Allen nuevamente trabaja con la temática del ilusionismo, como en “Scoop”, aunque en este caso la cinta se trate de una comedia romántica, con algún que otro giro en la trama, y con misterios basados en la psíquica. El director mantiene la magia que lo caracteriza, con una gran cuota de humor, pero con algunas fallas para lograr encantar con el aspecto romántico.

Uno de los puntos más fuertes está en la realización. El vestuario, los automóviles de la época, los detalles, hacen de la ambientación todo un arte. Lo mismo sucede con la calidad visual de los hermosos paisajes europeos, que embellecen la pantalla.

En cuanto a los protagonistas, los dos actores principales están muy bien en sus papeles, aunque, tal vez el aspecto más flojo es que no logran una buena química como pareja. El romanticismo se diluye entre ellos, a pesar de la presencia de la hermosa y talentosa Emma Stone, y de un Colin Firth muy divertido, que compone a un pesimista y sarcástico mago, que se desenvuelve con chistes y diálogos bien del estilo Allen.

La película es buena, aunque no está a la altura de los grandes títulos del director. La historia y el misterio acerca de la psíquica son muy interesantes, y por cierto, lo mejor de la cinta. Los giros que va tomando la trama le dan un cierto atractivo, aunque por momentos, el film se torna un tanto aburrido, en especial cuando se centra en ese romanticismo no logrado. No deja de tener grandes momentos graciosos, aunque está lejos de ser lo grandioso que fue “Medianoche en París”, por citar a uno de los últimos geniales títulos del cineasta.

¿Hay que verla? Siempre resulta interesante ver una película de Woody Allen. No será muy recordada, pero, a pesar de sus momentos aburridos, “Magia a la luz de la Luna” se deja ver, es llevadera y divierte. Es una buena opción para esta semana.