Un poco de fantasía no le hace mal a nadie. Cada tanto, está bueno volar un poco, dejar ir la imaginación y entretenerse con alguna cinta fantástica. Y si a ésta se le suma un toque al corazón, con romances milagrosos y emocionantes, puede resultar un buen combo. Todo esto tiene “Un Cuento de Invierno”, un film que mezcla romance y fantasía; milagros y destinos cruzados, mientras que recrea una historia de amor que durará más de 100 años.
Basado en una novela de Mark Helprin, el film se centra en la historia de Peter Lake, un huérfano que se dedica a robar en la ciudad de Nueva York en los primeros años del 1900. Cuando el protagonista se decide a hurtar en una casa que parece estar vacía, conocerá a Beberly Penn, una hermosa joven que, por desgracia, está a punto de morir. Ambos se enamorarán perdidamente, al tiempo que el malvado Pearly Soames irá tras los pasos de galán, a quién pretende eliminar, mientras hechos curiosos y milagrosos se suceden a lo largo de la trama.
La película se presenta como la ópera prima de Akiva Goldsman, quien posee larga trayectoria en la industria como productor y guionista, mientras esta cinta resulta ser su primera incursión como director. El cineasta había participado, escribiendo, en interesantes películas como “Una Mente Brillante”, “Soy Leyenda” y “El Código Da Vinci”, entre otras.
Aquí, Goldsman dobla la apuesta, y se lanza como productor, guionista y director, para adaptar esta novela y contar una historia muy interesante. La crítica que se le puede achacar en cuanto a la realización, son los flojos efectos visuales y la poca variedad de planos. Como positivo, fue perfecta la elección de la banda sonora, y los diálogos están muy bien realizados. Además, sorprende la ambientación de Nueva York y el vestuario de más de un siglo de antigüedad que lucen los protagonistas.
El elenco principal está compuesto por Colin Farrell, quien encarna al galán y héroe de esta cinta, y lo hace bastante bien. Sin lucirse, el actor de “SWAT” y “Enlace Mortal”, entre otras, tal vez no está muy acostumbrado al romance, y sin embargo no defrauda y logra una buena química con su coestrella principal, Jessica Brown Findlay, una joven sin mucha trayectoria en pantalla grande, que deslumbra con su simpatía y su ternura.
El trio protagónico lo completa Russell Crowe, a quien realmente le sientan muy bien los papeles de villano, como ya había demostrado en “Los Miserables”. Aquí no se verá a uno de esos malos que no se olvidarán jamás, pero sí logró componer un personaje oscuro, tenebroso y hasta misterioso, que tendrá un gran idea y vuelta con otro popular actor que hace una aparición sorpresa muy interesante.
La película no es una joya, pero se deja ver. No es una joya ni desde la actuación, ya que ninguno sobresale más allá de cumplir con sus papeles, ni desde la realización, donde se queda un poco. No tiene planos fuera de lo común y encima los efectos especiales no están muy bien logrados. Sí es muy interesante la ambientación de una Nueva York de más de 100 años atrás, y lo más atrapante y atractivo del film es la historia en sí misma, una historia de amor, fantasía, pasión, romance, emoción y algo de acción, y hasta con algunos giros inesperados.
¿Hay que verla? Sí, resulta una buena opción. Los reacios al cine romántico, que se abstengan, porque el film, en medio de la fantasía y las situaciones imposibles y milagrosas, tiene una historia sentimental muy fuerte y emocionante. “Un Cuento de Invierno” lejos estará de ser una de las más recordadas, aunque no por eso hay que privarse de verla ni dejarse llevar por la fantasía y el amor.

Un poco de fantasía no le hace mal a nadie. Cada tanto, está bueno volar un poco, dejar ir la imaginación y entretenerse con alguna cinta fantástica. Y si a ésta se le suma un toque al corazón, con romances milagrosos y emocionantes, puede resultar un buen combo. Todo esto tiene “Un Cuento de Invierno”, un film que mezcla romance y fantasía; milagros y destinos cruzados, mientras que recrea una historia de amor que durará más de 100 años.

Basado en una novela de Mark Helprin, el film se centra en la historia de Peter Lake, un huérfano que se dedica a robar en la ciudad de Nueva York en los primeros años del 1900. Cuando el protagonista se decide a hurtar en una casa que parece estar vacía, conocerá a Beberly Penn, una hermosa joven que, por desgracia, está a punto de morir. Ambos se enamorarán perdidamente, al tiempo que el malvado Pearly Soames irá tras los pasos de galán, a quién pretende eliminar, mientras hechos curiosos y milagrosos se suceden a lo largo de la trama.

La película se presenta como la ópera prima de Akiva Goldsman, quien posee larga trayectoria en la industria como productor y guionista, mientras esta cinta resulta ser su primera incursión como director. El cineasta había participado, escribiendo, en interesantes películas como “Una Mente Brillante”, “Soy Leyenda” y “El Código Da Vinci”, entre otras.

Aquí, Goldsman dobla la apuesta, y se lanza como productor, guionista y director, para adaptar esta novela y contar una historia muy interesante. La crítica que se le puede achacar en cuanto a la realización, son los flojos efectos visuales y la poca variedad de planos. Como positivo, fue perfecta la elección de la banda sonora, y los diálogos están muy bien realizados. Además, sorprende la ambientación de Nueva York y el vestuario de más de un siglo de antigüedad que lucen los protagonistas.

En cuanto al elenco principal, el mismo está compuesto por Colin Farrell, quien encarna al galán y héroe de esta cinta, y lo hace bastante bien. Sin lucirse, el actor de “SWAT” y “Enlace Mortal”, entre otras, tal vez no está muy acostumbrado al romance, y sin embargo no defrauda y logra una buena química con su coestrella principal, Jessica Brown Findlay, una joven sin mucha trayectoria en pantalla grande, que deslumbra con su simpatía y su ternura.

El trío protagónico lo completa Russell Crowe, a quien realmente le sientan muy bien los papeles de villano, como ya había demostrado en “Los Miserables”. Aquí no se verá a uno de esos malos que no se olvidarán jamás, pero sí logró componer un personaje oscuro, tenebroso y hasta misterioso, que tendrá un gran ida y vuelta con otro popular actor que hace una aparición sorpresa muy interesante.

La película no es una joya, pero se deja ver y es llevadera. No es una joya ni desde la actuación, ya que ninguno sobresale más allá de cumplir con sus papeles, ni desde la realización, donde se queda un poco. No tiene planos muy jugados y encima los efectos especiales no están muy bien logrados. Sí es muy interesante la ambientación de una Nueva York de más de 100 años atrás, y lo más atrapante y atractivo del film es la historia en sí misma, una historia de amor, fantasía, pasión, romance, emoción y algo de acción, y hasta con algunos giros inesperados.

¿Hay que verla? Sí, resulta una buena opción. Los reacios al cine romántico, que se abstengan, porque el film, en medio de la fantasía y las situaciones imposibles y milagrosas, tiene una historia sentimental muy fuerte y emocionante. “Un Cuento de Invierno” lejos estará de ser una de las más recordadas, aunque no por eso hay que privarse de verla ni dejarse llevar por la fantasía y el amor.