Chango Feroz: Andy le robó un beso a Susana, y le propuso algo más
El músico estuvo haciendo de las suyas en el estreno del programa de la diva de los teléfonos, y también, a pesar de ser hincha de River, se infiltró en la presentación de la nueva camiseta de Boca.
El segmento más divertido de la televisión tuvo un nuevo capítulo en Duro de Domar, y una vez más, Andy no defraudó. En esta edición de “Chango Feroz”, el músico se presentó en el estreno del programa de Susana Giménez, y también se metió a la fuerza en la presentación de la camiseta de Boca.
No fue fácil estar en este último evento ‘xeneize’ para Andy, ya que es un reconocido hincha de River, y ya en la entrada del lugar lo dejó en manifiesto cuando las promotoras intentaron colocarle un pin con los colores azul y oro, que el intrépido músico rechazó rotundamente.
“No sabías que eras de River, por eso estás tan abrigado”, bromeó Daniel ‘el Cata’ Díaz en cuento lo vio Chango, quien a su vez, se la agarró con el presidente de Boca, Daniel Angelici, a quien le dijo: “La verdad que sos como Reuteman, un segundo puesto; en vez de presidente de River, te tocó presidente de Boca, que es un éxito de cierta forma, pero no es haber logrado una meta superior, como ser presidente de una institución más respetable, de Núñez”.
El líder de la institución de la Ribera se quedó helado con los dichos del intrépido músico, pero cuando le tocó explicar por qué a los hinchas de su club le dicen “bosteros”, aprovechó para responderle con otra chicana a Andy: “No te olvides que en el mismo barrio se crearon Boca y River, pero después se quedó el que más prestancia tenía, que era Boca”.
Una vez en el estreno del programa de Susana Giménez, el músico se dio el gusto, y le dio un beso en la mejilla a la diva. “Pensás que tengo alguna posibilidad de conquistar a tu hermana”, le preguntó a Patricio, y éste le respondió: “Vos tenés todas las posibilidades, te pongo todas las fichas”.
Motivado por los dichos del hermano de la diva, la encaró y le hizo una propuesta subida de todo. Si Susana aceptaba, tenía que levantar el pulgar, y al parecer, así lo hizo.