Exconejitas Playboy y cómo la belleza que se vende se diluye con los años
El fotógrafo Robyn Twomey buscó los rostros de quienes eran hace algunos años las mujeres más lindas del mundo según Playboy. Hoy ellas son señoras con la mirada nostálgica de un pasado generoso en virtudes simplistas. Cuando la belleza se va, queda todo el resto.
La belleza y la juventud están socialmente unidas, ligadas y relacionadas. El paso del tiempo nos sucede a absolutamente todos, pero en esta pequeña notita te mostramos cómo les pasó a ellas, quienes vivieron de su belleza durante muchos años.
En esta sociedad, las mujeres cumplen un rol importantísimo a la hora de hablar de estética. Desde pequeñas la coquetería les es inculcada y pocas son las que pueden zafar de eso. Las novelas, las películas, las canciones, los medios de comunicación, las mujeres famosas, la popularidad, el respeto, la sociabilidad. Todas esas cosas se encuentran a travesadas por la belleza.
Ser una mujer linda abre muchas puertas pero, ¿qué es ser lindo?¿Qué es ser "feo"? La nota no pretende volverse un análisis filosófico del asunto porque no da. Es un suple de sexo y eso es lo que queremos dejar. Pero es importante aclarar algunas cosas.
La belleza, subjetiva ella, está algo retocada y manipulada para que sean pocas quienes puedan llegar a esos ideales pero a la vez sean muchísimas más las que lo intenten. Y ahí van, a gastar miles y millones de pesos, dólares, euros, soles, reales, en verse mejor de lo que son, porque lo que son al resto parece no alcanzarle. Y bueno, a ellas esta nota. A ellas esta realidad.
La vejez golpea por el doloroso miedo a la muerte, a quedarse pelado, a volverse poco sexy, a que no se te pare, a que se te caigan las tetas, a no poder contener el pis. Mirarte al espejo y no reconocerte. A la pérdida de respeto porque esta sociedad no es nada amorosa con la vejez. Pero la vejez es inevitable y estas fotos muestran cómo el resto de lo que te quieren vender, a los 80 años, es puro cuento.
Entender lo efímero de la belleza atada a la juventud, es poder crecer con más orgullo que vergüenza. Y esa es la idea de estas fotos. Aquí las muchachas que fueron conejitas de Playboy, hoy están distintas. Originales. Sin mucha posibilidad de disimulo: el paso del tiempo no distingue, nos toca el culo a todos.
El artista de esta sesión de fotos es Robyn Twomey. Es un fotógrafo freelance que tomó estos retratos en una reunión de ex conejitas de Playboy en Las Vegas.