Por primera vez en la historia argentina se consumió más pollo que carne vacuna: en el 2024, se demandaron 49,3 kilogramos por habitante promedio de productos avícolas, contra 48,5 kilos de alimentos bovinos.

Este no es un dato menor en un país productor pero a pesar de la brutal baja en el consumo, si bien los precios se mantuvieron durante un tiempo se espera ahora un nuevo y fuerte aumento que estaría en el orden de entre el 13 y el 18%, lo que demuestra que eso de la autoregulación del mercado es un verso libertario.

De todos modos y gracias a la capacidad del Gobierno de maquillar los datos estadísticos este será otro más de los aumentos que mágicamente no tienen impacto alguno en la inflación.