Desde hace varios días, el presidente Mauricio Macri hablaba críticamente del régimen impositivo argentino. Si alguien pensaba que se refería a gravámenes que, como el IVA, perjudican el consumo popular, nunca le erró tan mal.

El ministro Nicolás Dujovne confirmó este miércoles la suspensión del impuesto que hasta ahora, gravaba la renta financiera para extranjeros, que se aplicaba sobre sumas pagadas por la adquisición de títulos o sobre la ganancia neta de los mismos.

La resolución de la AFIP 4094, que fuera publicada el martes en el Boletín Oficial, aplicaba una alícuota de 15 por ciento sobre el 90 por ciento de dichas sumas; algo así como 13,5 por ciento sobre el total.

Afectaba las "operaciones de compraventa, cambio, permuta o disposición de acciones, cuotas y participaciones sociales -incluidas las cuotas partes de fondos comunes de inversión-, títulos, bonos y demás valores, efectuadas con beneficiaros del exterior", según figura en la resolución.

Pero no duró ni 24 horas.

Los mercados reaccionaron negativamente ante la resolución y Mauricio Macri, claro está, escuchó el reclamo en volumen inversamente proporcional al que oye cuando reclaman trabajadores y desocupados. El Presidente escuchó a la City fuerte y claro.