Vinieron a probarse a Banfield y los engañaron: vivían hacinados, pasando hambre e incomunicados
El engaño lo descubrió un familiar de un adolescente que se encontraba en una casa de La Matanza en muy malas condiciones. Lo de probar suerte en el fútbol era todo cuento.
Hacinados en una casa en La Matanza sin los servicios mínimos, pasando hambre y frío, así vivían 15 chicos que viajaron desde Chaco hasta Buenos Aires con la ilusión de probarse en Banfield. En la semana realizaban trabajos de albañilería para terminar la construcción de la vivienda; pero la llegada al lugar de un familiar, desenmascaró la mentira: habían sido engañados y esclavizados.
La búsqueda de la vivienda estuvo a cargo del chaqueño Héctor Barrios (dirigente del Club El Molino de Puerto Vilelas), sospechado por la justicia de tener participación en esta maniobra. “Mandó una foto, donde se veía en cartel de alquiler y esa era dirección, pero no era la casa que se veía adelante, era una casa que estaba al fondo y en muy malas condiciones”, contó Mónica Acuña, la madre de un de los chicos.
“Una tía que fue a ver a los chicos, para saber cómo estaban y ella es la que nos dice en qué condiciones estaban y ahí nos cuenta que ellos estaban mal, mal, mal”, precisó.
La mujer relató además que en un tacho de 20 litros de pintura tenían la comida que ellos comieron. “Los chicos hacían fuego” y la supuesta vivienda, “no tenía contra piso, había barro adentro, goteras por todos lados. No tenían colchones, solamente tres colchones que eran los que llevaron de acá”, dijo.
Sin celulares
Los menores convivieron con Aníbal Ferro Casanova (“el Pastor”) alrededor de una semana. Al llegar a La casa en La Matanza, el Pastor le pidió que colocaran sus teléfonos celulares en un bolso, y solo podían usarlos un día a la semana, con autorización. “Los chicos se tenían que ganar el hablar con nosotros, esa eran las reglas que nos pusieron” explicó Mónica en dialogo con Canal 9, y reconoció “nosotros a lo mejor tuvimos algún error, por permitir que de entrada hagan eso, pero el Pastor nos decía que nosotros nos teníamos que desprender de ellos, que esa es la vida del futbolista”.
Según precisó Mónica, el celular se los dejaban usar los viernes y si uno no cumplía las reglas no los dejaban hablar. Pero esta regla se rompió, cuando uno de los chicos “no aguantó más y logró sacar uno de los celulares para llamar”, dijo . Así el joven abrió el bolso donde estaban los teléfonos “y vio que además ahí adentro había guantes de látex y un cuchillo”.
La causa está radicada en el Juzgado Federal Número 2 de Morón, a cargo del doctor Jorge Rodríguez, que se inició el 8 de julio de 2017 a raíz de dos llamadas realizadas al 911, donde se denunciaba que 12 chicos de entre 13 y 14 años estaban viviendo en un estado de semiesclavitud en una casa precaria de Aldo Bonzi, partido de La Matanza.