Por acá, por allá. Un amague, otro enganche. La pisa, te tira un caño y lo único que podés hacer es ver el número que tiene en la espalda.

Es de la clase de jugadores que podés amar u odiar, según sea rival o compañero. Es el apuntado por los picapiedras y aclamado por los comentaristas.

Ismael "el asesino" Hamdaoui no te da demasiadas opciones cuando estás en la cancha, pero si estás en la platea -chori en mano- te puede pintar una sonrisa futbolera.