Alcanzaba con mirar las tribunas para darse cuenta que el objetivo de Central no está puesto en el campeonato. Coudet hizo la lógica: lejos de Estudiantes y a sólo tres días de disputar la semifinal de la Copa Argentina contra Belgrano, prefirió guardar a los titulares y darle rodaje a aquellos jugadores que habitualmente quedan relegados. Entonces ante Olimpo salieron a la cancha varios de los que no suelen hacerlo, como por ejemplo el Ruso Rodríguez, quien debutó de manera oficial con la camiseta canalla, o el pibe Leonel Rivas, un enganche de la cantera que hizo su presentación en la Primera de Central con apenas 16 años.

En cuanto a la tenencia, el equipo alternativo del Chacho anduvo bien. Dominó la pelota durante gran parte del partido pero le faltó lo que al once titular le suele sobrar: profundidad. Salvo algunas excepciones, como el gol de Camacho, el remate de Herrera que se estrelló en el palo o el mano a mano que le tapó Champagne a Bordagaray, los ataques de Central se diluyeron antes de entrar al área. Y no precisamente porque Olimpo haya sido una muralla, eh, sino más bien por impericias propias, como algunas malas elecciones a la hora de ceder la pelota. No era profundo, pero como la visita tampoco le hacía pasar sobresaltos no tenía mayores preocupaciones. El tema es que con un sólo gol de ventaja la cosa puede complicarse en un instante.

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Nota Olé