Qatar se convirtió en un guiño de recuerdos inolvidables para los argentinos después de la alegría que nos dio el equipo de Messi y Scaloni.

En las últimas horas del jueves, antes del comienzo de la actividad en el Circuito Internacional de Lusail, se armó una fiesta con los cantos de tribuna que los hinchas argentinos que viajaron a ver la participación de Franco Colapinto en la anteúltima carrera del año, entonaron hasta el cansancio.

La zona de la escultura del Dedo de Souq Waqif fue -al igual que durante la Copa del Mundo- el lugar de reunión para el banderazo que hizo que las calles de Doha se tiñeran de celeste y blanco.