Maravilla Martínez se consagró campeón
En una pelea memorable, el argentino se quedó con el título mundial de los medianos. La dominó con claridad hasta el round 12, donde Chávez lo tiró y casi lo noquea. Final para el infarto y cinturón del Consejo Mundial de Boxeo para el quilmeño. "Maravilla" se fracturó la mano durante el combate y recibió asistencia clínica.
Infartante. Así podría definirse la pelea que ganó Sergio "Maravilla" Martínez para quedarse con el título mundial de los medianos del Consejo Mundial de Boxeo. Los jueces lo vieron ganador en forma unánime con las siguientes tarjetas: 117-110, 118-109, 118-109.
El argentino peleó de forma impecable durante 11 rounds y su triunfo era indiscutible. El público mexicano guardaba un silencio ensordecedor y las caras de la esquina de Chávez lo decían todo.
Con su habitual baile y velocidad, "Maravilla" enloqueció a Chávez que fue recibiendo una innumerable cantidad de golpes. Aún así, Martínez nunca pudo conectar golpes de nocaut.
En el séptimo asalto, el argentino lo tuvo para ganarlo por KO, pero el mexicano se salvó por la campana y cuando todo indicaba que "Maravilla" lo derribaría en el octavo, se relajó y le dio margen a Chávez Jr.
Cuando todo parecía definido y el público argentino festejaba por anticipado, Martínez buscó derribar a Chávez en el último round y casi le cuesta la pelea; el mexicano lo derribó en dos ocasiones y el quilmeño realizó un esfuerzo admirable para mantenerse de pie hasta la campana final.
Fue triunfo por decisión unánime pero "Maravilla" casi pierde en los tres minutos finales. Ahora, el argentino esperará por una pelea multimillonaria en la elite del boxeo.
Memorable e infartante. Así fue la pelea que dejó, en forma definitiva, a "Maravilla" Martínez en la historia grande del boxeo argentino.
Trascendió que Sergio Martínez se fracturó la mano izquierda durante el cuarto round. Además tuvo algunos problemas en su rodilla. Debió recibir asistencia clínica por las lesiones tras el combate. Pese a estos inconvenientes, el argentino no detuvo su ritmo de pelea ni dejó de buscar la mandíbula del rival durante todo el encuentro.