El delantero uruguayo Luis Suárez, flamante incorporación del Barcelona, decidió no quedarse de brazos cruzados ante el duro castigo que le impuso la FIFA, que le impide incluso trabajar con sus compañeros por espacio de 4 meses.

La dura sanción le fue impuesta durante el Mundial Brasil 2014 por morder al italiano Giorgio Chiellini y ni siquiera le permite entrar a un estadio de fútbol o a las instalaciones deportivas de ningún club.

Tendrá que esperar hasta octubre próximo para poder entrenarse de modo normal si su apelación ante el Tribunal de Arbitaje del Deporte (TAS) no prospera. El "Pistolero" es consciente de que no le será nada fácil mantener su buen estado físico, así que está siguiendo un duro plan de alimentación y entrenamiento que le va permitir conservarse en las mejores condiciones posibles.

Para Esto, el goleador del seleccionado uruguayo decidió contratar los servicios de un entrenador personal y realizar su propia pretemporada en un terreno cercano a su casa en la zona de Castelldefels.

La sanción a Luis Suárez se acaba el 25 de octubre, con lo que quedaría apto para debutar en el "derby" español contra el Real Madrid. El nuevo compañero de Messi tendrá que esperar entonces para jugar, pero mientras no pierde el tiempo.