Pese que hacía muy poco que Lionel Messi se encontraba en Europa, más precisamente en Barcelona, ya sufría el maltrato de sus rivales. Tanto fue así, que a sus 13 años sufrió la fractura del peroné de su pierna izquierda.

Por suerte para todos los argentinos y catalanes, la "Pulga" se recuperó y volvió a jugar tres meses después.