El Real Madrid y el Mónaco "han llegado a un acuerdo para la transferencia del jugador James Rodríguez, que queda vinculado al club durante las próximas seis temporadas", informó el club de fútbol español mediante un comunicado oficial en su página web.

El futbolista de 23 años, goleador y una de las grandes figuras de Brasil 2014, se unió al alemán Toni Kroos como uno de los dos denominados "fichajes galácticos" del Real Madrid antes del inicio de la temporada.

Rodríguez llega al último campeón de la Liga de Campeones por medio de una operación multimillonaria entre el club español y el Mónaco de la liga francesa, hasta hoy dueño de sus derechos.

A falta de la confirmación oficial, se estima que el Real Madrid pagó unos 80 millones de euros (108 millones de dólares) por el futbolista, quien cobrará unos siete millones de euros (9,4 millones de dólares) por cada una de las seis temporadas.

El mediocampista ofensivo encontró el premio a una actuación magnífica en el Mundial de Brasil 2014, donde comandó a una selección colombiana que alcanzó los cuartos de final por primera vez en su historia.

Rodríguez, autor del mejor gol de la Copa, se convirtió en el conductor del equipo 'cafetero' a falta del lesionado Radamel Falcao García y se ganó su lugar en el primer plano del fútbol mundial.

El colombiano, que usará la camiseta número 10, fue presentado como nuevo jugador blanco a las ocho de la noche españolas en el palco de honor del estadio Santiago Bernabéu junto al presidente del club madrileño, Florentino Pérez.

Rodríguez disfrutará durante la próxima semana del último período de vacaciones y el 1 de agosto acudirá a la ciudad estadounidense de Los Angeles, para sumarse a la pretemporada del equipo dirigido por Carlo Ancelotti, junto a los franceses Raphael Varane y Karim Benzema.

Rodríguez inició su carrera en Banfield, donde debutó con apenas 17 años, se consolidó como el debutante extranjero más joven de la historia del fútbol argentino y condujo al equipo de Buenos Aires a su primer título de liga, en 2009.

Más tarde, se mudó al Porto, con el que ganó tres ligas portuguesas consecutivas y sumó ocho títulos en tres años, y disputó la última temporada en el Mónaco, donde tuvo que realizar un duro esfuerzo para ganarse la confianza del entrenador Claudio Ranieri.