Irán: lo de Gago un poroto
A tan sólo 57 días para que la pelota empiece a rodar en el mundial de Brasil es pertinente ir conociendo en qué anda cada selección que comparte con Argentina el grupo F.
El, a priori, rival más accesible que tendrá el conjunto que dirige Alejandro Sabella es la selección de Irán. Se verán las caras el 21 de junio en Belo Horizonte, cuando ambos ya hayan atravesado su debut mundialista y quizás, a esa altura, puedan sellar su pase a los octavos de final. Justamente esa es la meta del combinado asiático dado que en sus tres participaciones mundialistas (Argentina 1978, Francia 1998, Alemania 2006) se quedó en la primera fase.
Las ilusiones iraníes están depositadas en lo que pueda hacer un hombre: Carlos Queiroz. Nacido en Mozambique, cuenta con experiencia y jerarquía. Fue el director técnico que crió en los 80 la generación portuguesa de Luis Figo, Fernando Couto y Rui Costa. Consiguió con ellos dos títulos mundiales sub-20 y eso le trajo la oportunidad de ser la mano derecha de Alex Ferguson en los gloriosos años del Manchester United. Su prestigio creció y el Real Madrid posó sus ojos en él para reemplazar nada menos que a Vicente del Bosque, actual entrenador del seleccionado español. Queiroz no consiguió los resultados esperados (sólo obtuvo la Supercopa de España) y fue destituido luego de su primer temporada. Volvió al United tras el pedido de Ferguson para luego irse a dirigir a la selección portuguesa en Sudáfrica 2010. El sueño lusitano llegó hasta los octavos de final donde se encontró con España, conjunto que terminaría resultando campeón y que vencería al combinado de Cristiano Ronaldo por 1-0. Poco después fue destituido y en abril del 2011 asumiría como entrenador de la selección iraní.
Queiroz, de 61 años, ha conseguido clasificar a su selección en el primer lugar de su grupo en las eliminatorias asiáticas. En el último encuentro consiguió vencer por 1-0 a Ulsan y así arrebatarle el liderzgo a Corea del Sur. El tanto de ese encuentro fue convertido por Reza Ghoochannejhad, jugador del Standard Lieja de Bélgica y que también convirtió en el último amistoso que disputó su selección cuando cayó por 2-1 ante Guinea en marzo de este año. Y en ese punto reside una de las principales dificultades que el director técnico afronta. Las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea a Irán en octubre de 2012 (y luego suspendidas en enero de 2014) a causa de su programa nuclear han sumergido al país de medio oriente en una profunda crisis que también afecta al deporte y ha llevado a que la Federación de Fútbol de Irán cancele la concentración que el grupo iba a realizar en Sudáfrica durante abril, donde también se iban a realizar amistosos. Esto provocó un gran malestar en el cuerpo técnico y hasta se dudó de la continuidad de Queiroz.
Pese al difícil momento que atraviesa el país, el pueblo ha acompañado fuertemente a la selección llenando el magnífico estadio Azadi durante las eliminatorias. Vale recordar que la FIFA mantuvo hasta los años noventa una restricción a que Irán pudiera jugar en su territorio por cuestiones de seguridad vinculadas a los conflictos bélicos que tuvieron lugar allí. Y si de prohibiciones hablamos, las mujeres tienen vedado el acceso a los estadios por decisión del gobierno iraní. La película Offside, que ganó el Oso de Oro en Berlín en 2006, muestra como el fanatismo de las mujeres por este deporte las lleva hasta a vestirse de hombres con tal de tener la posibilidad de ver un partido de fútbol.
Un jugador al que el mediocampo argentino deberá prestarle atención es a Javad Nekounam, uno de los dos hombres que supera los 30 años en esta joven selección. Actualmente se desempeña en el Esteglhal FC, el segundo club más popular de Irán, pero ha sabido vestir la camiseta del Osasuna en el fútbol español, equipo con el que disputó la Copa de la UEFA en 2007. Desde el centro del campo es el encargado de darle toque y marca a la selección asiática y también posee llegada al gol (34 goles en 124 partidos internacionales).
Sin duda se trata de un conjunto que no debería costarle mucho trabajo a la selección de Messi, Higuaín y Aguero, pero de duras batallas está hecha la nación persa.