Cosas como estas son muy comúnes en esta parte del mundo. Y la previa de un Mundial no son la excepción. Varios hinchas brasileños invadieron la cancha donde entrenaba el equipo de Sabella para conocer 'face to face' a sus ídolos, saludarlos y, de paso, 'manguearle' una remera, un buzo o lo que tengan a mano.

Uno de ellos, el más destacado, ingresó y corrió directo hacia Lionel Messi. Cuando lo tuvo enfrente, se arrodilló, le besó los botines, lo abrazó, se persignó y se llevó el buzo de 'La Pulga' de regalo, sin antes no agradecerle a Dios. Otro –curiosamente igual a Ronaldinho– también se saludó con el crack. Éste no le robó una prenda, sino una sonrisa.

El final fue bastante accidentado pero finalmente todas las partes cedieron. Unos regalaron sus remeras y los otros se fueron felices a casa sin generar agresiones.