En el segundo tiempo del partido que hasta entonces ganaba Gales por 12-6, Jean De Villiers sufrió una severa lesión que lo dejará fuera de las canchas por mucho tiempo. El capitán de los Springboks fue retirado del campo y debió recibir oxígeno por el intenso dolor.

En una jugada muy desafortunada, la pierna izquierda de De Villiers quedó trabada contra el piso y su rodilla se dobló completamente generando así la rotura de ligamentos. Instantáneamente se escuchó el grito de dolor del jugador.

El médico de los Springboks, luego, explicó: "Los exámenes revelaron un daño significativo en el ligamento interno de su rodilla, y en los músculos que lo soportan".