Una vez finalizado el Mundial de Brasil, el mundo entero se sorprendió al ver que la FIFA eligió a Lionel Messi como el mejor jugador de la competición y, a su vez, se preguntó porque el capitán argentino no mostró su mejor versión.

Este martes, nuestro colega Xavi Muñoz redactó para 'Mundo Deportivo' (principal diario deportivo de Cataluña) una nota donde expone las causas por las que el '10' no brilló en Brasil y no pudo coronarse campeón.

Muñoz indica que Leo Messi cerró su temporada más frustante desde su consagración como mejor futbolista del planeta quedándose a ocho minutos de ganar el Mundial. El enunciado recoge cuál es el nivel de exigencia al que Leo nos acostumbró a todos durante años, el que creíamos normal cuando en realidad era inaudito, y el nivel que todos le pedimos que siga exhibiendo es causante de las más despiadadas críticas, como las que ayer se pudieron leer y escuchar en no pocos medios.

Con Messi ser segundo es un drama. A ningún otro futbolista, por bueno que sea, se le cuestionaría tras haber marcado 41 goles con su equipo y 7 más con su selección en una temporada, de ser subcampeón del mundo y elegido mejor jugador del gran torneo. Un ejemplo: Cristiano Ronaldo. Presentado desde siempre como su 'alter ego', se fue del Mundial hace ya 20 días y su fracaso fue clandestino a tenor del nulo juicio mediático al que fue sometido, a diferencia del que vive hoy Messi.

En el fondo esa es la prueba irrefutable de que el argentino es sido un crack incomparable con cualquiera de sus ilustres colegas. Su rival más duro es el recuerdo de su mejor versión. Y es verdad, el barcelonismo está inquieto porque quiere volver a ver en el '10' lo que le ha visto arreglar durante todos los domingos de todos estos años.

A continuación, Muñoz aporta claves que explican por qué Messi no brilló como el mundo futbolístico esperaba en Brasil 2014. Para nuestro colega, 'La Pulga' ahora no resiste su propia comparación.

1. Sí, Leo era humano

Conviene recordarlo, porque su larga lista de récords, sus 29 partidos en que marcó tres o más goles en su carrera, deberían haber tenido una lectura casi sobrenatural, sólo que al hacerlo tan habitualmente se tomó con cotidiana naturalidad por parte de todos. En la temporada 2011-2012, 73 goles marcaron su cota más alta de puntería en el Barça. Esta vez se quedó en 41 tantos. Y saben a poco. Además, como el Barcelona no ganó ninguno de los grandes títulos por vez primera desde la 2007-2008, señalar al crack fue la consecuencia inmediata.

2. Exprimido físicamente

Desde que en la campaña 2008-2009, el cuerpo técnico liderado por Pep Guardiola, el propio plan de trabajo del jugador y, por qué no decirlo, el factor suerte, dejaron en un simple recuerdo sus lesiones musculares, Messi estuvo un lustro sin sufrir ninguna lesión y jugándolo todo: los partidos grandes, los medios, los menores y las 'pachangas'. Nunca encajó bien las rotaciones, así que los técnicos optaron por tenerlo contento y eso quería decir en el campo. Es plausible creer que, a la larga, esté pagando su deseo de jugar siempre.

3. Saturado, no reservado

Messi ha firmado su peor temporada porque el Barça no ha ganado nada y porque con Argentina sigue sin lograr ganar el Mundial. A diferencia de otros años, Messi apareció menos en más partidos importantes, con sonadas excepciones como su 'hat trick' en el Madrid-Barça. Eso, para alguien tan acostumbrado a aportar una solución a cada problema, pudo dañar su autoconfianza. En todo caso, esa sensación flotó durante el Mundial, la evidencia que desdice esa corriente de opinión que sospechaba que durante toda la temporada se reservó en el Barça para Brasil-2014.

4. Diez años autobligado

Desde que Rijkaard lo hizo debutar, Messi siempre ha querido ser trascendente en la cancha. Su progresión fue la idónea al lado de cracks como Ronaldinho o Eto'o. Y desde 2008 su rol de referente del equipo multiplicó su responsabilidad y buena parte de sus 354 goles oficiales han llevado al Barça a su era de mayor gloria. En estos años, en Argentina se le acusó de no rendir en su selección como en el Barça. Tras un curso en blanco como culé, ha oído por primera vez algún silbido en el Camp Nou.

5. Paris marca el desgaste

Ponerle fecha al 'bache' de Messi es sencillo, aunque haya quien haga correr que "no es el mismo desde hace tres años". No. En 2012, hace dos, Messi hizo 91 goles, récord mundial. El punto de inflexión es abril de 2013, en París, en la ida de cuartos de la Champions: Messi marca un gol y luego se lesiona en el bíceps femoral de su pierna derecha por primera vez en cinco años. En la vuelta en el Camp Nou, con 0-1, sale cojo y salva del KO al Barça. A partir de ahí, sufre recaídas que merman su confianza y son una rémora para su puesta a punto.

6. Escala de valores

En noviembre de 2012, nace Thiago: Leo se convierte en padre. Si en la vida de todo hijo de vecino eso afecta a su escala de valores, es lógico pensar que Leo no tiene por qué ser diferente, por mucho que se dijera aquello de "sólo piensa en fútbol".


7. Hacienda y otros líos

En junio de 2013, surge el problema con Hacienda (la AFIP española). Los meses posteriores se salpican de informaciones y rumores intencionados que afectan a su familia, a su imagen. Messi realiza su campaña más floja. ¿Coincidencia?

8. Vómitos sin explicación

Una de las imágenes más vistas han sido las arcadas de Leo en muchos partidos. El Barça le ha hecho todo tipo de análisis médicos y relativiza el percance que, en todo caso, debe resultar muy molesto para el jugador. Se intentó poner remedio. En verano de 2013 la dietista Silvia Tremoleda empezó a trabajar con el crack.

9. Factor Brau como señal

Juanjo Brau, fisioterapeuta de confianza durante años de Messi, dejó de serlo esta temporada. Fue una separación de caminos amistosa pero no dejó de ser un síntoma de cierta pérdida de control del club sobre el jugador. Brau ejercía una influencia en el día a día que, a la vista de los resultados, fue positiva.

10. La pérdida de Tito

Messi tenía un gran respeto por Tito Vilanova. Fue el único jugador al que el técnico permitió visitar antes de su muerte. Luego se supo que Tito, en su último servicio al club, convenció al crack de seguir luego de que, por primera vez en su vida, había pensado en dejar el Barça. Messi renovó antes del Mundial.

11. Leo compite contra Leo

De todos los factores antes apuntados, quizás el más difícil para Messi sea competir consigo mismo, con su propio listón. Si lo logra, ninguno de sus récords habrá tenido tanto valor.

Por último, destaca un par de conceptos como para que le sirvan de consuelo al fenómeno rosarino.

Hay otros cracks sin Mundial

Leo Messi no es el único mito del fútbol que se ha quedado a las puertas de conquistar el Mundial. Otros dos de los más grandes como Alfredo Di Stéfano o Johan Cruyff, que también cayó ante los alemanes, tampoco pudieron levantar el trofeo y no por ello dejan de ser leyendas. La lista, repleta de Balones de Oro es larga: Kubala, Puskas, Kopa, Eusébio, Yashin, Rivera, Keegan, Rummenigge, Platini, Van Basten, Roberto Baggio, Paolo Maldini, Kahn, Raúl, Cristiano Ronaldo y muchos más

Campaña en Madrid y apoyo del vestuario

El día después de la final del Mundial fue de contrastes para Messi. Sus compañeros del Barça animaron al crack tras la derrota de Argentina por teléfono o por las redes sociales, igual que hicieron con Javier Mascherano. Mientras, en Madrid dejaron claro el peso que se quitaron de encima al ver a Messi sin Mundial. Así, medios digitales de referencia merengue pusieron en cascada noticias como 'Escándalo Balón de Oro', 'Neuer acaba el Mundial con más pases que Messi' o 'Volvió a vomitar'.