Brown de Adrogué y Huracán igualaron sin goles en un partido que no tuvo muchas emociones como para resaltar.

El partido no tuvo gritos, y por eso, una de las máximas atracciones fue la irrupción de un simpático y alegre perro, que saltó a la cancha correteando, y obligando al árbitro a detener el juego.