El cabezazo fue certero y Gastón Sessa no pudo detenerlo. Lo que siguió no fue delirio, ni alegría, ni festejo. Las lágrimas inundaron el grito de Rodrigo Salinas, que acababa de amargar a la hinchada que alguna vez lo cobijó en sus inicios en el fútbol profesional.

Por la fecha 22 de la Primera B Nacional, Unión de Santa Fe se enfrentaba a Villa San Carlos, y en el primer tiempo liquidaba el trámite del partido con un resultado 3-0 antes del descanso.

El ex Godoy Cruz marcó el segundo del "tatengue" y recibió el consuelo de sus compañeros, y la extraña mirada del técnico Madelón.