Cuando el himno de Ucrania sonó en el estadio algunos de los jugadores y cuerpo técnico se quebró pensando en familiares y amigos que están pasando un mal momento.

Lo cierto es que la FIBA debería haber postergado el partido pero prefirieron jugarlo. El resultado que terminó 88 a 74 a favor de España, no tiene ninguna importancia a esta altura pero los jugadores se retirar ovacionados del estadio como un reconocimiento a su profesionalismo.

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