Conocé la historia del carpintero dominicano que jugará en la NBA
El dominicano Orlando Sánchez firmó su primer contrato con los New York Knicks y cumplirá a sus 26 años su sueño de jugar en la NBA. "Esto es increíble", dijo Orlando, que trabajó en su país como carpintero y luego de ganar una batalla legal, pudo jugar en la liga universitaria y mostrarse.
"Es increíble estar aquí. En donde crecí es un sueño ver a jugadores como Carmelo Anthony o Amare Stoudamire. Cuando era joven decía que sería impresionante alcanzarle la toalla a jugadores así", confesó Sánchez en una entrevista con la agencia DPA.
"Imaginate qué contento estoy de estar aquí, es un sueño hecho realidad", afirmó después de una práctica en Tarrytown, a 50 minutos del Madison Square Garden de Nueva York.
El joven de 26 años tiene una historia digna de contar, por su recorrido y sus vaivenes con el basquet. Ganó un torneo de volcadas, se fue a jugar a España, volvió a su país y trabajó como carpintero. Pero insistió y ganó una batalla legal para poder jugar en el básquetbol universitario. Fue a un draft y participó de campamentos de verano y nada.
Orlando cuenta que empezó a soñar hace una década. "En ese momento dejé la escuela para intentar crecer en el básquetbol de España. Estuve jugando en Pamplona y después en San Sebastián. Me ayudaron mucho a formarme, a pesar de que duré sólo un año entrenándome. Fue una experiencia muy buena para mí", recordó.
A los 17 años, Sánchez se hizo conocido al ganar un concurso de volcadas, después de sorprender al jurado con su creatividad y capacidad atlética. La exposición fue un pasaporte a la Liga EBA, una competencia amateur organizada por la Federación española.
A los 20, y al ver que no podría progresar como profesional, decidió que era tiempo de dejar el deporte. Volvió entonces a República Dominicana y se puso a trabajar como carpintero, manipulando la sierra y ajustando tornillos para ayudar a su familia.
"Fueron momentos duros, pero son lecciones que da la vida. Yo creo que soy bueno para tomar esas enseñanzas que te da la vida y aprendí mucho sobre eso. Esta es otra lección para mí, por eso sé que tengo que luchar cada día más duro para ser parte de este equipo. Es muy satisfactorio estar aquí, pero tengo que trabajar duro para quedarme", dijo el "Primo", como lo conocen en su país.
Con la mediación de varios entrenadores dominicanos, Sánchez llegó a Monroe College, un terciario en el distrito neoyorquino del Bronx. A los 22 años se graduó en Administración de Negocios y el sueño de llegar a ser profesional estaba más cerca.
Su rendimiento en Monroe le valió una beca para jugar en St John's, pero después de entrenarse y ser confirmado en los Red Storms, la Comisión Nacional de Deportes Universitarios (NCAA) le negó el permiso para jugar.
¿El motivo? Ser mayor de 21 años y considerar que los 3:38 minutos jugados con su equipo nacional y los ocho partidos en una liga regional en Dominicana llenaban ya los cuatro años de competencia máxima en la división.
Sánchez apeló la decisión y a los seis meses logró destrabar la situación, lo que le permitió jugar 32 partidos en la máxima división universitaria y promediar 7,4 puntos y 5,4 rebotes.
El dominicano, sin embargo, fue ignorado en el draft de la NBA y las ligas de verano, hasta que el ex tirador de los Knicks, Allan Houston, lo vio en las pruebas de la filial de desarrollo.
Houston destacó en su informe que, pese a su tamaño -mide 2.05 metros y pesa 105 kilos- Sánchez es un jugador versátil. Tiene la habilidad para pasar la bola y atrapar rebotes defensivos y tiene buen toque cerca del aro.
Phil Jackson decidió entonces ofrecerle un año de contrato en los Knicks. "No puedo describirlo. Es un sueño hecho realidad. Firmo mi primer contrato en la NBA y en la mesa está uno de los mejores entrenadores de la historia", resumió Sánchez su emoción.