Con 35 de Curry, los Warriors lograron el mejor arranque de la historia
El actual campeón de la mejor liga de básquetbol del mundo no tiene techo. Este año está destrozando a todos sus rivales y amenaza con romper todos los récords. Tras vencer a Houston Rockets por 123-110, llegaron al registro de 47 victorias y sólo 4 derrotas, algo que nadie había logrado.
Después del 24-0 inicial, muchos decían: lo complicado es que para batir el récord de aquellos Chicago Bulls de Michael Jordan de 72-10 en una temporada tienen que moverse permanentemente en rachas de 8-10 victorias consecutivas. Pues bien, no parece que eso vaya a ser un problema para estos Golden State Warriors.
Los vigentes campeones de la NBA doblegaron anoche a los Houston Rockets para sumar su triunfo número 47 de la temporada (cuatro derrotas, mejor marca de la historia tras 51 partidos, adelantando a los Sixers de la 66-67): van 42 seguidos en el Oracle Arena (hace más de un año que no pierden en casa en Regular Season), la segunda mejor racha de la historia (44 de los Bulls 95-96), 10 consecutivos desde la derrota en Detroit y un increíble 25-0 en los encuentros que ha disputado el 'quinteto de la muerte' (Curry, Thompson, Barnes, Iguodala y Green).
Con las camisetas del All Star presentadas antes del partido por los tres representantes de los de La Bahía que viajarán a Toronto, Steve Kerr y los suyos se pusieron manos a la obra: en un abrir y cerrar de ojos, 42 puntos en otro primer cuarto de ensueño (el más prolífico en casa esta temporada). Los Rockets no se dieron por vencidos y dejaron la diferencia en sólo tres puntos antes de enfilar el túnel de vestuarios (69-66). Las sensaciones en los Warriors no eran malas, pero con 26 puntos de Stephen Curry (6-7 en triples) no habían sacado una buena diferencia en el marcador y James Harden (la figura de Houston), que se había ido en blanco al descanso entre cuartos, anotó 18 en el segundo periodo (4-5 en triples). ¿Peligro?
Parecía que sí. De hecho, los Rockets empataron el partido al final del tercero y llegaron a ponerse por delante en la segunda mitad (los de Oakland llevaban ocho partidos seguidos en casa sin perder en ningún momento de la segunda parte, ESPN Stats&Info). Sin embargo, como siempre que ocurre cuando el partido se complica más de la cuenta, los Warriors encontraron la salida con un 11-0 de parcial que arrancó con un triple de Iguodala y terminó con una bandeja de Barbosa a pase de Livingston: ocho arriba y de vuelta a la normalidad. La igualdad nos permitió disfrutar del rugido del Oracle y, también, del 'quinteto de la muerte'. Curry (acabó con 35), Klay (13), Barnes (19), Iguodala (12+6+6) y Green (8+8+5, solo tres tiros de campo) cerraron el partido en los últimos minutos: con ellos aún no han perdido.
Mención especial merece el partido de James Harden, que dejó atrás un horroroso primer cuarto para acabar con 37 puntos (5 rebotes y 5 asistencias). Él y Curry siguen empatados a choques con más de 30 puntos esta temporada: 23 cada uno tras el encuentro de ayer.
Los Warriors siguen sin tener rival.