Colombia derrotó 2 a 1 a Costa de Marfil y piensa en octavos
Con un cabezazo de James Rodríguez y por la gran definición de Juan Quintero, la selección de José Pekerman superó a los africanos (descontó por el golazo de Gervinho) y clasificó a la próxima ronda gracias al empate entre Japón y Grecia. En Brasilia, tuvo contundencia y oportunismo. Buen arbitraje del inglés Howard Webb.
Soñar no cuesta nada señores. La selección Colombia, dirigida por el entrenador argentino, José Néstor Pekerman, tiene motivos y condiciones para alimentar el sueño mundialista. Con mote de candidato en la previa del partido, los 'cafeteros' mostraron las garras y dejaron una marca difícil de ocultar.
Triunfazo. Desde lo emocional y rozando la realidad, 'José' puso en marcha el motor de la ilusión.
Luego de la victoria justa ante Grecia en el debút, la ansiedades crecieron tanto como las responsabilidades. Y vaya si supo administrarla.Victoria sufrida pero merecida; buscada y encontrada. Fue 2 a 1 ante Costa de Marfil.
Colombia ya concretó su pase a los octavos de final de la Copa del Mundo (gracias al empate entre Japón y Grecia). James Rodríguez de cabeza (a la salida de un tiro de esquina) y Juan Quintero (rubricando un contragolpe a la perfección) le dieron la ventaja necesaria al elenco sudamericano para sellar su clasificación. De poco sirvió el descuento de Gervinho-en gran maniobra personal-. Sólo para inyectarle angustia a un final que nunca dudó de la realidad.
Se podrán criticar esquemas, decisiones y operativos; pero el mérito de Pekerman y cuerpo técnico es absoluto e irrefutable.
Colombia ganó por primera vez en su historia dos partidos consecutivos en Copas del Mundo y 'José' mantiene su invicto en la máxima competición.
Números que ilusionan y que invitan a derrochar elogios.
Práctico y eficaz. Conceptos que describen el rendimiento de la selección colombiana. Quizás sin el brillo de la gambeta pero con la contundencia de aquél que entiende cual es su destino y que conoce las piedras del camino.
Lo ganó con autoridad y prestancia. Es prematuro para recortar el sinuoso trayecto de la Copa del Mundo, aunque las ilusiones de los 35000 cafeteros presentes en el 'Mané Garrincha' de Brasilia, se desparraman como cataratas.
Sobran los elementos para la ilusión; y el prudente de 'Jose', lo sabe.