Brasilero confundido
Juro que no me gusta ganar enemigos. De hecho, no sabría reconocer a ninguno de ellos. No porque no los tenga, pienso que todos tenemos enemigos, sino porque huyo de ellos. Tampoco me gusta generar odios aunque eso es menos manejable. De todos modos, ese será un tema en el que me explayaré en otro momento.
Pero ésta, se me hace, será una columna que me haga ganar enemigos.
El paso de la selección argentina de fútbol por Brasil (en este momento en la previa al partido vs Bélgica por los cuartos de final del torneo) y por ende de los hinchas y compatriotas que viajaron a alentar; dejarán ya para la historia un cántico que genera un poco de perplejidad… por lo menos para mí e imagino que también para millones de brasileros que no pueden acreditar lo que se está cantando.
“Brasil decime que se siente, tener en casa a tu papá. Te juro que aunque pasen los años, nunca lo vamos a olvidar. Que Diego los gambeteó, que el Cani los vacunó, estás llorando desde Italia hasta hoy. A Messi lo van a ver, la copa va a traer, Maradona es más grande que Pele”.
Tengan por bien sentado que entiendo cada una de las palabras y su significado y el sentimiento con el que se las canta. Pero echando una mirada a lo que ocurrió y no a lo que no ocurrió, porque como dice Alejandro Apo “lo que no ocurrió no existe”; me hacen ruido las rimas de estas coplas que confunden a más de uno.
Argentina y Brasil, en copas del mundo, se enfrentaron cuatro veces a la fecha. La primera fue el 30 de junio de 1974 en Alemania y perdimos 2-1; luego vino el 0-0 en el mundial 78, cuatro años más tarde volvimos a caer 3-1 en España 82 con la expulsión de Maradona y la eliminación de nuestra selección y el partido de marras en Italia 90 con el gol de Caniggia y el regreso de la torcida a casa. Números flacos para poder autodeterminarse “papá” futbolístico.
Estás llorando desde Italia hasta hoy. Desde el mundial de Italia 90 a la fecha, Brasil consiguió consagrarse campeón del mundo en dos oportunidades y subcampeón en otra jugando los 21 partidos posibles poniendo en fila a los mundiales de EEUU (campeón); Francia 98 (Subcampeón); y Japón/Corea 2002 campeón.
Suponiendo que el umbral de frustración futbolística de los hinchas de Brasil sea muy, pero muy bajo; las eliminaciones en los mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2012, ambas en cuartos de final no parecieran ser causas para estar “llorando” o, por lo menos, llevar ese estado de tristeza hasta el año 1990.
El resto de la canción conlleva un dejo de esperanza y la defensa inclaudicable de un astro sobre otro. La defensa futbolística de alguien que supo, y sabe, representar a una porción gigante de gente alrededor del planeta. La defensa de un monstruo sagrado por sobre otro que nació en una era donde la tecnología nos permitirá siempre argumentar que parte de sus proezas son incomprobables.
Ahora; si le ganamos la final a ellos en el Maracaná… ahí te quiero ver verdeamarelho… ahí si que vas a llorar.