Boca aplastó con una goleada a Vélez en Liniers y continua en la punta
Con doblete de Benedetto, uno en contra (Dominguez) y el cuarto de Fabra, los de Guillermo cachetean a los de Liniers que hasta el momento no habían recibido goles en contra. 4 a 0 final. En el estadio se encontraba Sampaoli mirando a varios jugadores y Justo el 'Pipa' metió dos, uno de taco.
En un marco extraordinario Vélez y Boca protagonizaron el plato principal de la cuarta fechade la Superliga. La cantidad de público que arribó al José Amalfitani significó un espectáculo extra en la soleada tarde de Villa Luro.
Como la propuesta de ambos equipos se basó en intentar lastimar al rival, el partido de Liniers entregó un duelo abierto con una dinámica que prometía emociones desde los primeros movimientos. La calidad de Cardona, la presencia de Benedetto y la velocidad de los juveniles del Fortín representaban argumentos para imaginar un choque de ida y vuelta.
En menos de un cuarto de hora se confirmó la hipótesis. Una notable proyección de Frank Fabra le dio la posibilidad al ex Arsenal de marcar el 1 a 0 y silenciar al público local. La pasiva respuesta de los centrales y las dudas de Aguerre contribuyeron en la conquista del Xeneize. La combinación entre el colombiano y Pavón fue otro elemento fundamental en el artillero boquense.
En el complemento Boca confirmó su extraordinario presente con otro contragolpe perfecto. Ante la mirada de Jorge Sampaoli, quien ocupó una de las localidades, Darío Benedettoestiró la diferencia con un lujo que lo posicionó como principal candidato a vestir la nueve de la Selección. El recurso del artillero fue una muestra de la actualidad que atraviesa el mejor delantero del fútbol argentino. Con el 2 a 0 los del Mellizo se adueñaron definitivamente del cotejo.
Si algo le faltaba al monólogo del joven de Berazategui era transformar la victoria en goleada. Otra individualidad de la figura de la tarde sirvió para que Boca vuelva a llegar a la red. Si bien la intención del goleador era asociarse con Pavón, Nicolás Domínguez se interpuso en el centro y envió el balón contra su propia puerta. En Liniers funcionaba a la perfección el Triple G, porque el Xeneize ganaba, gustaba y goleaba.
Infobae