Decir que a Boca le quedó enorme el protagonismo, no asombraría a nadie. Aseverar, que quizá, se terminó la pasantía para muchos futbolistas, roza la realidad. Imaginar que el gran responsable del fracaso, tiene nombre y apellido, no suena descabellado.

La realidad volvió a cachetear al 'Mundo Boca'. Carlos Bianchi asume su responsabilidad y el resto mira para otro lado.

Recuerdo que una vez consumada la ilusión por pelear el campeonato y ante la decepción que esto representó, el entrenador xeneize deslizó un mensaje en agradecimiento a la gente por su apoyo y reconocimiento. Al parecer, los jugadores no se dieron cuenta de la gran deuda que dejaron desparramada en los pasilos de la Bombonera.

Muchos de ellos no son conscientes de la camiseta que llevan puesta sobre sus espaldas. Y gran parte de los culpables son aquellos que alimentan su ego y llenan sus cuentas bancarias.

El mundo del revés. ¿Hasta cuándo?, se preguntan (algunos) socios; ¿podrá Bianchi con sólo dos refuerzos lavarle la cabeza a un plantel anárquico?; ¿tendrá las fuerzas necesarias? Preguntas que circulan en torno a un semestre que representará para Bianchi, Angelici, dirigentes y jugadores, si no ganan el Torneo Final, el final de un ciclo.

Y si todo esto fuera poco, en la tarde de ayer, se dio el estreno de la camiseta más nefasta que la historia de Boca hubiese elegido para vestirse. Contrasta con los orígenes, opaca la Bombonera y ridiculiza a sus intérpretes.

Sin dudas... el 2013 será un año para ignorar pero para recordar los errores cometidos. Prohibido tropezar con las mismas piedras en 2014. El margen de error se redujo a la mínima expresión.

Da bronca haber perdido la identidad... hasta en los colores.