La familia de joven deportista, de 17 años, decidió hipotecar su residencia después de que el presidente de Filipinas, Beningno Aquino, no contestara a las numerosas peticiones que solicitaban ayuda económica para poder representar al país en la cita olímpica que se celebra en Rusia.

"Mi casa está hipotecada. Esta inversión es una locura", aseguró la madre del atleta filipino, María Teresa Martínez.

"Creo que incluso nadie en la oficina del presidente sabe que hay un patinador filipino que está compitiendo en las Olimpiadas", se lamentó además la madre del atleta, en declaraciones al portal ‘Rappler’.

El pasado sábado, Martínez se convirtió en el primer atleta de un país del Sudeste Asiático en participar en la disciplina de patinaje artístico durante unos Juegos Olímpicos de Invierno y el último en representar a Filipinas tras 22 años de ausencia en la cita.

A pesar de ser consciente del poco apoyo con el que cuenta por parte de su gobierno, el filipino confía en ser la revelación en Sochi 2014.

"Antes no tenía a quien agarrarme, sólo a mi madre. Ahora también le rezo a Dios cada vez que compito, y funciona realmente bien", aseguró Martínez, quien comenzó a patinar a los 8 años en una pista de hielo de un centro comercial de Manila y durante muchas competiciones tuvo que viajar solo ante la falta de fondos para el traslado de su entrenador.

El joven, originario de Parañaque, un barrio de la capital filipina, volverá a actuar el próximo jueves en el programa corto de patinaje artístico, donde espera clasificarse entre los 24 participantes que acceden a la siguiente fase del estilo libre.

Además de los obstáculos financieros, que siempre lo privaron de la compra de buenos equipamientos y viajes a competiciones, el atleta tuvo que enfrentarse a problemas de salud al tener que lidiar con un asma que sufre desde los dos años.

"Literalmente, crecí en el hospital, porque estaba muy enfermo. No podía practicar ningún tipo de deporte, y menos exteriores, porque enseguida me daban ataques de asma", reveló el patinador.

El frío, cuando empezó a patinar, hacía que tuviera que estar tomando medicación continuamente para mantener el asma a raya, pero, finalmente, el deporte resultó ser beneficioso para su salud, destacó Michael Martínez.

"Año tras año, mi salud va mejorando, así que mi madre me apoya. Ella dice que es mejor gastarse el dinero en patinar que en el hospital", concluyó el olímpico.

La participación de Martínez se convirtió en una de las noticias más destacadas en Filipinas, y él en uno de los deportistas más populares de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, cita donde no son habituales los representantes de países tropicales.

En la página web de la organización, actualmente es el segundo que cuenta con más apoyo de seguidores con cerca de 2.400 votos, sólo por detrás del esquiador Byambadorj Bold, de Mongolia, un país en el que se inauguró la primera estación de esquí hace poco más de 3 años.

La épica historia de Martínez también es noticia en los medios de comunicación rusos que cuentan las desventajas que el filipino superó para llegar a Sochi, apunta el diario filipino The Star.

"Lo que me impresiona más es cómo Martínez aprendió a esquiar en unas condiciones tan pésimas. Aprendió a hacer un triple axel simplemente viéndolo en la televisión", comentó el entrenador del filipino, el ruso Victor Kudryavtsev a la Agencia de Noticias de Rusia.

Las redes sociales también son una importante fuente de apoyo para Martínez, donde cuenta con cerca de 20.000 seguidores en Facebook o 1.600 en Twitter que le envían sus ánimos y energías a diario.

"Ganes o pierdas, ya eres un ganador para todos y cada uno de los filipinos", afirma uno de sus admiradores.