Argentina cayó en los penales ante Chile y no pudo cortar la sequía de títulos
Como ocurrió en Santiago hace un año, el equipo de Martino no pudo marcarle a la ‘Roja’, cayó en los disparos desde los doce pasos y sumó una nueva frustración. El seleccionado tuvo las más claras con Higuaín y Agüero, pero los 9 volvieron a fallar; Messi jugó su mejor final, pero erró su penal; y así, tras un muy buen certamen, el conjunto nacional se vuelve de Estados Unidos con las manos vacías.
¿La tercera es la vencida? No, no fue esta vez. Porque Argentina, que tenía todo preparado para coronarse en un certamen en donde había mostrado grandes momentos, volvió a fallar en el juego decisivo, por tercera vez consecutiva, y tras una nueva derrota en los penales ante Chile, se vuelve de Estados Unidos sin la Copa América Centenario y con una nueva frustración.
El seleccionado, de la mano de Lionel Messi, llegaba en gran forma a esta final en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, aunque con muchas bajas por lesión, y el regreso de algunos jugadores que estaban entre algodones. Así, con algunas decisiones particulares de Gerardo Martino, el equipo intentó, sin éxito, repetir la presión alta y el despliegue de los buenos encuentros previos.
De todos modos, no pasaba nada, aunque en un regalito de la defensa chilena, Gonzalo Higuaín tuvo una clarísima pasando el primer cuarto de hora de partido, que, como en aquella final ante Alemania en Brasil, desperdició mano a mano con el arquero. Se la fabricó solo y fue la única que tuvo, es cierto; pero equivocó en la definición, y la pelota se fue al lado del palo.
Esa había sido la única llegada del encuentro, y encima alcanzando la media hora, el juego se rompió con la expulsión de Marcelo Díaz, fabricada por Messi. Doble amarilla para el volante central, y Argentina pasaba a tener una superioridad numérica que nunca supo cómo aprovechar. Para colmo, 10 minutos después, Marcos Rojo se fue expulsado en una extraña y polémica jugada.
Para el segundo tiempo, el equipo del ‘Tata’ dependió mucho de lo que pueda hacer el capitán. Muy solo, sin la llegada ni de los volantes ni de los laterales, el 10 siempre estuvo rodeado de tres y hasta cuatro marcadores de la ‘Roja’, y como podía se las ingeniaba para intentar generar peligro hacia el arco de Claudio Bravo.
Argentina fue recuperando la mitad de la cancha a partir del ingreso de Matías Kranevitter, y en una ráfaga, Lio frotó la lámpara, habilitó a Sergio Agüero, que había entrado en lugar de Higuaín, pero a cinco del final, el ‘Kun’ la tiró a las nubes. Sergio Romero también le ahogó el grito a Eduardo Vargas, en uno de las pocas de Chile, y el encuentro se fue al alargue.
En el primer tiempo suplementario, volvió a aparecer el goleador del Manchester City, que hizo volar a Bravo con un buen cabezazo con destino de gol. Pero no mucho más, ya que al equipo nacional le costó, aún más con las piernas cansadas, generar peligro; mientras que el fondo se siguió mostrando firme, con Nicolás Otamendi como máximo estandarte.
No pudo ser en los 90, ni en los 120. Y llegaron los penales, para que Romero se luzca atajándole el primero a Arturo Vidal, pero luego Messi la tiró a las nubes; Bravo se lo tapó a Lucas Biglia; el ingresado Francisco Silva acertó el último, y el festejo quedó para Chile, otra vez, como en la final de Santiago del año pasado.
Para el análisis quedará la conformación del plantel por parte de Martino, con la inclusión de algunos lesionados recuperándose en medio del certamen, e incluso con el caso de Javier Pastore, que no llegó a completar ningún minuto. También habría que rever la elección de Ángel Di María por sobre otras opciones, quien no pareció estar en plenitud física.
Lo positivo puede estar en el fondo, con una zaga central que al igual que durante toda la Copa volvió a responder en el último partido; y la buena presentación de Kranevitter, quien parece ser el heredero del puesto que posiblemente Javier Mascherano, que rindió muy bien cuando tuvo que ir a la cueva, irá dejando de lado por una cuestión de edad.
El caso del 10, que tras el partido anunció que dejaría el seleccionado, es particular y seguramente despertará todo tipo de controversias en estos días. Casi en solitario, sin la compañía del mediocampo; jugó su mejor final, de las cuatro que perdió. Provocó la expulsión de Díaz, intentó ser conductor, le dejó una buena habilitación al ‘Kun’; aunque paradójicamente falló su penal.
Lo cierto es que Argentina llegó nuevamente al encuentro determinante, pero no pudo coronarlo con el título. La tercera final consecutiva sin alegrías, y la séptima desde aquella Copa América del 93.