El club parmesano intentará recaudar fondos subastando todo tipo de pertenencias del club para asegurar la seguridad y electricidad necesaria en su estadio, el Ennio Tardini, para albergar un encuentro de Serie A.

La semana pasada remataron cuatro camionetas por antiguas deudas de 100.000 euros, hace un par de días también remataron los coches del cuerpo médico y este miércoles le tocó a los banquillos del vestuario y algunos aparatos del gimnasio.

Están anunciados en el portal 'Asta Giudiziaria' con su precio, foto y la fecha a partir de la cual se pueden adquirir on-line. Los bancos del vestuario que suelen utilizar el técnico Roberto Donadoni y sus ayudantes, se venden a partir de 2.000 euros. En tanto, 3.000 cuesta una cinta para correr y 300 y 400 otros aparatos del gimnasio.

"¿Novedades? La única novedad es que la tintorería ya no recoge la ropa oficial. Puede que a partir de mañana (por este jueves) tengamos que lavarnos las camisetas en casa". Así contestaba Alessandro Lucarelli, capitán del Parma, las preguntas de los periodistas a la salida de la ciudad deportiva del equipo. Jugadores y empleados siguen sin recibir las nóminas prometidas por Gianpietro Manenti, el último de los cinco presidentes que desfilaron al frente de la instituciñon en los últimos siete meses.

En medio de este caos, el Parma ya aplazó un partido (el domingo pasado contra el Udinese) porque no tenía dinero ni para abrir el estadio. Posiblemente tenga que desplazarse a Génova con coches particulares de los jugadores para jugar contra la Sampdoria este domingo. Además de no contar con la tintorería, los hinchas y los empleados tienen que ver cómo los oficiales judiciales están desmantelando el club poco a poco.