Diez personas de la Comisión Directiva tienen acceso al contrato de Carlos Bianchi. De ese grupo, con las únicas tres personas con las que habla el DT son César Martucci -secretario del club-, Marcelo London, encargado del fútbol, además del presidente, claro.

Angelici dijo hace un mes algo así como que "Bianchi es intocable pero depende de los resultados". Antes de ayer, luego de que saliera a la luz el contrato, afirmó que Carlos no depende de los resultados para su continuidad.

La pregunta que se hace el mundo Boca es quién filtró el contrato, y qué intención tuvo al hacerlo ¿perjudicar la imagen del entrenador? o, por caso ¿la del presidente, hacerlo ingresar en un conflicto que no esperaba? "Tengo un enemigo en el club", admitió Angelici cuando explotó la bomba.

Ya hay nombres para la sucesión, para cuando Bianchi no esté más. La preferencia de Angelici es Guillermo Barros Schelotto, aunque tanto él como Martín Palermo le habrían hecho saber que les gustaría asumir cuando se acabe la era Juan Román Riquelme.

Acaso ¿Angelici apuesta a que al final de este torneo, ya sin títulos, tanto Bianchi como Riquelme, finalicen de una vez y para siempre su relación con Boca?

Un periodista que cubre Boca le confió a Diario Registrado: "Bianchi no va a renunciar, sí si no gana este campeonato, pero antes no". Es de público conocimiento que Angelici, en su momento, no quiso a Bianchi, e intentó lograr la continuidad de Julio César Falcioni, incluso "negociando" el fin del ciclo Riquelme.

Pero como el público lo pidió, siguió Román, y también por el deseo del hincha, volvió Bianchi y no parece que por haber salido a la luz todo cuánto gana, el fanático de Boca le retire la confianza al entrenador más ganador de la historia del club.

Las de Riquelme y Bianchi, al final, son batallas que Angelici no puede ganar, y se sabe que a quién juega con balas, los tiros le pueden salir por la culata.