Nunca estuvo del todo claro el motivo, pero la enemistad de las dos leyendas llevaba más de dos décadas. El quiebre se hizo visible cuando Johnson logró sacar a Thomas del "Dream Team" estadounidense, ganador del oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, en represalia por las palabras que supuestamente había pronunciado el base de los Detroit Pistons en su contra.

'Magic', que en 1991 anunció que era VIH positivo, estaba molesto porque al parecer su entonces amigo lo señaló de ser homosexual.

Sin embargo, en 2009, Thomas reveló en diálogo con la revista "Sports Illustrated" que antes de que Johnson tuviera VIH su hermano ya la padecía, por lo que él conocía más de la enfermedad de lo que el propio Johnson creía.

"Permíteme disculparme si te hice daño en algún momento, dios es bueno por reunirnos de nuevo", dijo 'Magic' mirando a los ojos a quien fuera su gran amigo delante de las cámaras de televisión. Los momentos felices compartidos en los años 80, y que se habían esfumado, regresaron en un minuto de sinceridad y perdón.

En la previa de las Finales de 1988

La NBA fue el artífice del reencuentro cara a cara que millones vieron en la noche del martes. Ambos, rodeados de trofeos y con la madurez que dan los años, aceptaron errores y prometieron recuperar el tiempo perdido.

'Magic', de 58 años, y Thomas, de 56, quienes en su tiempo fueron considerados los mejores bases de la época, recordaron en segundos los buenos momentos que vivieron dentro y fuera de la cancha.

"Solo para sentarme frente a ti y recordar esos momentos de diversión, excelencia, trabajo duro, soñar en grande, porque lo que hacíamos era soñar y ahora mira donde estamos. Tu eres mi hermano", continuó Johnson con la voz entrecortada.

En ese momento, Thomas rompió en lágrimas y fue cuando 'Magic' se puso de pie y extendió sus brazos. Ambos lloraron abrazados por 40 segundos y solo se escuchaba un "todo está bien hermano".

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"Yo siempre estaré aquí", fue lo único que pronunció Thomas, quien entre risas le advirtió a 'Magic': "Sigo molesto porque me ganaste".

El ahora entrenador del equipo de la Universidad Internacional de Florida se refería a la final de la NBA de 1988 en la que los Lakers se impusieron sobre los Pistons en el último juego con un marcador de 108-105.