Una pequeña obra literaria a partir de unos tuits del horror en Mauthausen
El periodista Carlos Hernández, autor de Los últimos españoles de Mauthausen , (Ediciones B) decidió dar a conocer la historia de su tío a través de la red social transformando 1945 en nuestro presente.
Durante tres meses Antonio Hernández, el personaje creado por Carlos y basado en la historia de su tío, viene tuiteando acerca de cómo es vivir en un campo de concentración para dar cuenta así de los horrores del yugo nazi.
El éxito de esta idea, que reunió más de cuarenta mil seguidores, se centra en el grado personal de las sensaciones de Antonio y las fotos que aportan realismo a este relato que desdibuja los límites entre el pasado, el presente, la realidad y la ficción.
Incluso la empatía con Antonio es tal que llegan mensajes del estilo: “No desfallezcas! ¡Tienes que sobrevivir”, o sumándose a la experiencia de creer que es en tiempo real , los usuarios escriben: “Antonio, mi abuelo está en el campo. ¡Mira a ver si está vivo!”.
La historia del tío de Hernández, Antonio es que nació en Molina de Segura (Murcia), en 1907; fue carabinero durante la Guerra Civil española y el preso 4.443 de Mauthausen. Antonio falleció en 1992, pero su sobrino Carlos, lo trajo a la vida a través de más de ochocientos tuits que relatan sus historias de horror, espanto y esperanza.
Los tuits relatan el periplo personal y físico desde el penoso traslado en vagones de ganado, en enero de 1941, hasta la liberación, el 5 de mayo de 1945 y los días posteriores.
El campo de concentración de Mauthausen
El campo de concentración de Mauthausen, llamado desde el verano de 1940, Mauthausen-Gusen, estaba localizado con otro grupo en torno a la pequeña localidad homónima en Austria.
Sus ocupantes fueron utilizados como esclavos y eran obligados a fabricar municiones, minas, armamento en general o trabajar en las plantas de ensamblaje del avión Me 262.
En enero de 1945, los campos contenían unos 85.000 prisioneros, aunque se desconoce el número de víctimas, ya que muchas fueron cremadas. Se cree que el número de víctimas pudo haber ascendido entre 122.766 y 320.000 en todo el complejo.
Mauthausen fue uno de los primeros campos de concentración masivos en la Alemania nazi, y fueron los últimos en ser liberados por los Aliados Occidentales.
Los dos campos principales, Mauthausen y Gusen I, fueron los dos únicos campos de toda Europa etiquetados como campos de "Grado III", lo que significaba que eran los campos más duros para los "Enemigos Políticos Incorregibles del Reich".