Treinta años después de la muerte de Jorge Luis Borges
El 14 de junio de 1986, el autor del Aleph, dio su último suspiro. Sin embargo, plantear que fueron tres décadas sin su presencia resulta erróneo ya que su figura, sus textos y reflexiones siguen marcando el ritmo de la literatura nacional y extranjera.
Un hombre sensible, de prosa única y palabras muchas veces lapidarias; para algunos "despreciable" en sus opiniones políticas aunque para la mayoría uno de los mejores escritores, sino el mejor, del siglo XX. Jorge Luis Borges nació en Buenos Aires en 1999, una ciudad que no dejaría de retratar en su literatura, y falleció en Ginebra el 14 de junio de 1986.
"Siempre imaginé que el paraíso sería un tipo de biblioteca", expresó Borges que ya ciego- comenzó a notar que la vista le fallaba cuando era director de la Biblioteca Nacional- los libros seguirían haciéndole compañía toda la vida. Él definió esta situación en el Poema de los dones como la "magnífica ironía/ me dio a la misma vez los libros y la noche”.
Esa ceguera también lo llevó a una oralidad particular en la que el escritor también dejaba salir la voz del ensayista y del periodista en entrevistas, a las que nunca se negaba (solía dedicarle tiempo a jóvenes estudiantes). También estaban sus posiciones políticas, en especial contrarias al "peronismo snob", al considerar al General un "millonario" y a Eva una simple "prostituta".
Incluso cuando a Borges se lo llamó un defensor de la dictadura este respondió sin perder la calma: "Yo nunca dije que los gobiernos militares fueran los mejores o cosa parecida. Dije que, dado el caos producido en la Argentina durante el gobierno de Isabel Perón, era lo único que podía suceder".
En una entrevista para la revista “Caretas”, publicada en 1978 el periodista César Hildebrandt recordó que Borges: “Le regaló una lapidaria genial dirigida a Perón: ‘Un rufián muerto sigue siendo un rufián. Y un cobarde muerto no es un valiente. La muerte no beneficia tanto’”.
Historia universal de la infamia (1935) es el libro que Borges consideró como el germen e inicio de su carrera de cuentista; una carrera en la que supo crear su propio universo y lenguaje donde la magia- como en El Aleph o El Libro de arena, por citar algunos ejemplos- marcaron su prosa que es leída en el mundo como una de las mejores de la literatura universal.
A 30 años de su muerte, la figura de Jorge Luis Borges se erige con la cualidad de Funes, un hombre imposible de olvidar- y su literatura imposible de obviar- aún cuando con su amplio sentido del humor el escritor afirmara: "Yo no he sabido manejar mi vida, no puedo dirigir la vida de los demás. Mi vida ha sido una serie de equivocaciones".