La artista polaca Helen Ciesla Covensky reflexionó sobre su arte: "Mis pinturas siempre están en progreso, son pinturas en acción. En ellas siento el fluir de la vida como una experiencia y visión internas". El método Covensky también fluye con esa idea y con el trabajo literario/artístico de su autora, Liv Schulman, que ahora se plasma en un libro.

La breve novela, publicada por Tammy Metzler,  se desarrolla en siete capítulos donde conviven  el estilo de la crónica y uno más plástico, en el que hay lugar para la poética; y lo lúdico, de un cadáver exquisito de experiencias narradas, que va dando volumen a la historia.

La trama ocurre entre 1998 y 2004 en Estados Unidos cuando el "célebre coach ontológico" Nick Covensky organiza encuentros con empleados de distintas empresas para ayudarlos y motivarlos. Pero no se trata de un día de campo o de un mero ejercicio de virtudes y defectos.

Covensky tiene un libro "Cómo convencer al Universo"  en el que explica su "psicología colectiva y universal (...) sujeta a las reglas más básicas del mercado". Teorías que se van filtrando mientras el lector descubre los poderes telekinéticos de este chamán de la hipnosis productiva, "Ben Hur de las políticas de marketing asociativas" o "El Redecorador Interior".

Las sesiones viran entre los desafíos de trabajar en grupo, solucionar situaciones, performances artísticas donde el splosh juega un factor interesante, orgías y una experiencia que escapa a lo socialmente esperable. Cuerpos que se hacen objetos, objetos que adquieren la pregnancia de los cuerpos.

Schulman tiene una prosa concentrada en detalles y pausas que favorecen el texto. Algunas menciones a alimentos,  marcas o  entidades locales como "choripanes, Procenex, Creedicoop" molestan mínimamente en la unidad pero no alteran el producto.

"... los participantes de la sesión Covensky aceptan ser penetrados y amalgamados con y por formas de consciencia" como una gran performance que remite al trabajo de la autora como artista en esa necesidad de "reeducar las nociones de cuerpo y objeto".

La novela se luce en su caracter experiencial y experimental pero al ofrecer disrupción , desde su inicio, queda una sensación levemente agridulce ante la falta de una ruptura de la ruptura hacia el final.

Liv Schulman termina dándole un nuevo nombre, espacio y tiempo a su Covensky- en un acto de amor hacia su personaje que no se puede reprochar- y que parece escapar a ese mero phatos de la "productividad que se ajusta a las reglas del mercado".

El método Covensky logra trasmitir la experiencia artística al lector. Y ofrece el método de una lectura que no puede quedar indiferente.

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El método Covensky de Liv Schulman

Novela, Tammy Metzler, 2015

91 p.

Arte de tapa Miguel Mitlag.

Liv Schulman: nació en 1985 en París. Un año después se mudó a Buenos Aires. Más tarde estudió en la Ècole National Superière d´Àrts de Paris- Cergy, en el MFA Art Writing de la Goldsmiths University of Lodon y en el programa de Artistas de la UTDT en Buenos Aires. Es artista y escritora. Edita en conjunto el diario sobre arte y crítica literaria "El flasherito". Es creadora de la serie TV Control, realizó una película sobre el intercambio de dinero en la Triple frontera, y numerosas performances sobre la actividad del Método Covensky. Su trabajo fue exhibido en Dubai, Montevideo, La Plata, París, Londres y Buenos Aires. En 2013 publicó su primera nouvelle ¨El Camino del CNTRL¨ en ediciones Tammy Metzler. "El método Covensky" es su primera novela.