Escritores que compartieron la indómita trayectoria de Juan Gelman, como compañeros de ruta y discípulos, expresaron su tristeza y dolor ante la muerte del poeta que reinventó la poesía argentina y ayudó a las posteriores generaciones a encontrar su propia lengua.

Para Jorge Boccanera, poeta y amigo personal que escribió el ensayo `Confiar en el misterio. La poesía de Juan Gelman` "se fue un poeta fuera de serie y un maestro de la vida que nunca bajó los brazos, que supo interpelar a fondo la realidad y los sueños con gran hondura humana".

"Como escritor es un referente que abrió puertas con diferentes propuestas estéticas fuera de planteos dogmáticos y, sin duda, la suya es una de las propuestas poéticas más originales, intensas, reveladoras y cuestionadoras de los últimos tiempos, una especie de `Guernica` hablado que, aún frente a los reveses, respira deseo", asevera Boccanera.

Como militante político, "su última nota fue contra el colonialismo y salió hace dos días en Página/12 -recuerda- nunca dejó de luchar por ensanchar el espacio de la justicia".

"Cultivamos una amistad de 40 años y nunca dejó de llamarme poderosamente la atención su integridad, su persistencia y su poesía, ese cruce entre la imaginación y la conciencia", se despide.

"Hola, malas noches -responde al teléfono su colega Rodolfo Alonso- me acabo de enterar, que puedo decir, tengo un email ahí  que no quise abrir, no puedo decir nada. Es un dolor muy grande, una pérdida enorme", dice este amigo y representante de la Generación del 60 que así resume el impacto ante la pérdida de Gelman.

"¿Sabés que hace un rato llamó un amigo común y no me dijo nada? Creo que no se animó. Esperá que me siento, sentado es otra cosa - responde a Télam su amigo y poeta Horacio Salas-; pasan tantas cosas por delante de la ventana de mi vida... trabajos, redacciones, risas... porque Juan, hasta que pasó lo que pasó (su hijo y nuera desaparecidos) era un tipo con el mejor humor".

"Gelman fue un grandísimo poeta, sin necesidad de decir que fue el más importante de las Generación del 60 a la que pertenecíamos los dos, estoy absolutamente desolado", reflexiona tras los minutos que le toma recomponerse y no duda.

"Creo que él cambió el castellano escrito -se acelera Salas-, se atrevió a lo que nadie, tomó todos los riesgos, fue casi una inventor de la poética del riesgo, tomar a San Juan de la Cruz junto a Homero Manzi... eso es tirarse en la pileta vacía; además fue un defensor a muerte de los derechos humanos, esa lucha le costó la vida".

Daniel Freidemberg, uno de sus discípulos, está más entero: "En la historia de la poesía argentina su aparición fue decisiva -con su poemario "Violín y otras cuestiones", de 1956-, porque la ayudó a encontrar su propia lengua, una poética específicamente argentina".

"Muchos pudimos encontrar a través suyo, de su obra, una vía para hacer la nuestra, porque abría un camino muy bueno para transitar. Gelman fue el poeta de la búsqueda del misterio de lo poético, que mantuvo hasta el final de su vida y lo hizo siempre volver a empezar distinto", describió Freidemberg.

"El único premio que le faltaba era el Nobel y nunca se anquilosó, ni acomodó, cuanto más lo premiaban más áspera y desafiante se volvía su poesía, cada vez buscaba más lejos y más hondo, y su última obra `Hoy` requiere lectores dispuestos a internarse con valentía en esa experiencia de lo profunda", concluyó.