En declaraciones a la agencia AFP, Macarena recordó el tiempo que, gracias a recuperar la identidad, pudo pasar con su abuelo: "Lo pude conocer, pude compartir tiempo con él. Me hubiera gustado que fuera mucho más pero hicimos lo mejor que pudimos".

El padre de Macarena fue asesinado durante la última dictadura cívico-militar y su cuerpo fue hallado en 1989. Su madre, embarazada de siete meses, fue llevada a un centro de concentración para dar a luz, y la pequeña Macarena fue entregada ilegalmente a un oficial de la policía uruguaya.

"No sé si sos varón o mujer. Sé que naciste. Me lo aseguró el padre Fiorello Cavalli, de la Secretaría de Estado del Vaticano, en febrero de 1978. Desde entonces me pregunto cuál ha sido tu destino", escribió el poeta en 1995 en su "Carta abierta a mi nieto".

El reencuentro, finalmente, ocurrió en 2000. Macarena tenía 23 años cuando se supo que no era hija de quienes la criaron y del calvario que sufrieron sus padres. "Enterarse fue un shock y después mucho instinto de supervivencia", admitió la mujer, quien hasta entonces no había oído hablar del poeta Gelman y ahora se dedica en cuerpo y alma a buscar a su madre, aún desaparecida.

"Hasta diciembre que yo estuve con él unos días, él estaba preocupado por escribir" pese a la recomendación de los médicos de que descansara, relató Macarena, quien habló con su abuelo por última vez el sábado y recibió correspondencia suya un día antes del deceso.