Agustín Montenegro: Inventario de la derrota
Con ánimos de difundir cultura en todas sus formas, les traemos un fragmento del libro de cuentos de Agustín Montenegro editado por La exposición de la actual narrativa rioplatense .
Agustín Montenegro
INVENTARIO DE LA DERROTA
La había visto una vez en la panadería. Tenía un short y una remera apretada, y el pelo le cubría un poco los hombros. Lo había saludado con un beso en la mejilla y una sonrisa como esa mañana de domingo. Ricardo estaba en el club con los chicos. Ella había decidido comer sola unas facturas. La dieta para el lunes, le dijo. Él no recordaba haber estado presente en la conversación.
* * *
El Negro miraba el techo con el cigarrillo entre los dedos. Todo el pelo de Gabriela cubría la almohada. Se miró entre el humo, el ventilador parecía girar cada vez más lento. Todavía no tenía la panza transpirada, y le gustaba sentir el aire fresco sobre sus piernas y su cara. Escuchaba la respiración lenta y tranquila de Gabriela. Miró su espalda morena y su culo redondo, y los moretones: dos grandes encima del codo, y uno no tan ancho, pero más alargado, cerca de la muñeca. Uno sobre la cadera, con la forma casi exacta de un puño, y una pequeña herida que empezaba a cerrarse: hecha por un anillo, imaginó.
Alcanzó a ver sólo algunos moretones verdosos en las piernas. Después venía la sábana blanca. El Negro tuvo un deseo inmediato de mirarla a la cara, pero se dio cuenta de que la despertaría. Apagó el cigarrillo con cuidado en el cenicero de la mesita. Cerró los ojos.
Su respiración se sumó a la de Gabriela, y al ligero ruido que hacía el ventilador con cada vuelta.
(Fragmento)
Si querés conocer más del autor y seguir leyendo sus textos podés visitar la web de La exposición de la actual narrativa rioplatense. (La publicación de este fragmento fue con la debida autorización de la editorial)
Autor: Agustín Montenegro
Inventario de la derrota Nº7
Mi nombre es Agustín Montenegro. La literatura aristocrática tiene que morir definitivamente, y por la guillotina. El dandismo es simpático, pero no es revolucionario. La práctica literaria es el debate por la forma que hace una grieta en la realidad. La división entre crítica y literatura es el disfraz que se pone el escritor burgués para no tener la vieja culpa. El gesto político de la literatura actual es posmoderno: la verdadera acción política es moderna. La literatura no es una acción política por inercia: hay que quererla así para que lo sea. La lucha es, entonces, entre el dandismo que se pretende populista y la literatura con conciencia de lo estético, de lo popular, de la realidad. Y sí, la hermosura y el fragmento y el dolor son siempre parte del asunto. Por ahí anda la diferencia entre la literatura y el panfleto.
Trabajo como traductor y estudio Letras en la Universidad de Buenos Aires. Participo del grupo de literatura y crítica literaria Las Lecturas junto a Florencia D’Antonio, Nicolás Correa, Germán Solero y Juan Millonschik.
Arte de tapa: Marcos Mangani