Los intendentes comunales, que suelen tener contacto directo con el vecino, es decir con el votante, saben que la abismal diferencia que le sacó el Frente de Todos al macrismo es irremontable. Y encima, con el transcurrir de los días, las encuestas revelan que esa diferencia se estira más y más.

Por esa razón, los jefes comunales que ganaron en 2015 con la boleta de Cambiemos y ahora pretenden revalidar con la de Juntos por el Cambio entraron en pánico y, como informáramos recientemente, ya piensan cómo abandonar el barco que conducen Macri-Pichetto y tratar de evadir el matadero electoral de octubre.

Liberados por la gobernadora María Eugenia Vidal a cualquier tipo de compromiso, intendentes como Ramiro Tagliaferro (Morón), Nicolás Ducoté (Pilar), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Martiniano Molina (Quilmes), entre otros, buscan el modo de salvar el pellejo en el conurbano.

La opciones se reducen al corte de boleta, y en eso quieren saber cómo hizo el ‘maestro’ de las PASO: Joaquín De la Torre en San Miguel, municipio donde se dio el mayor corte de boleta a favor de la gestión local en las PASO.

Mauricio Macri sacó en San Miguel un porcentaje similar a la media en el conurbano, perdiendo abrumadoramente con Alberto Fernández; Vidal también perdió pero por poco, y De la Torre dio vuelta todo y logró un resonante triunfo por 9 puntos, mientras que sus pares fueron arrastrados por la debacle presidencial.

El intendente sanmiguelense es, hoy por hoy, el gurú que buscan con desesperación colegas como Valenzuela y Tagliaferro: quieren saber, a cualquier costo, cómo logró el masivo corte de boleta a favor de la gestión municipal. Y ahí estaría el secreto: dejar que Macri se hunda solo.