Cuatro curiosidades que pueden quitarle la mala fama a las cucarachas
Reputación: las cucarachas son asquerosas, carroñeras inmortales a las que no le afecta la radiación y serán las únicas sobrevivientes en un mundo postapocalíptico.
Realidad: en el mundo hay casi 5.000 especies de cucarachas, de las cuales sólo 30 tienen tendencia a ser plagas. Estas pocas afectan la imagen de un grupo de insectos que presume de una rica e increíble diversidad de formas. Y sí, las cucarachas también se achicharran con la radiación.
La visión de una cucaracha merodeando por los rincones de la cocina es sin lugar a dudas desagradable. Y es eso lo que nos ha llevado a la mayoría de nosotros a creer que todas las cucarachas son igual de repugnantes.
Pero en realidad, esto es como si tras ver a un ratón o una rata dijéramos que todos los roedores son una plaga asquerosa.
Si esto no es suficiente para convencerte de que las cucarachas no se merecen la fama que tienen, acá te ofrecemos otras cuatro razones.
1. En todas partes, pero muchas muy lejos de tu cocina
Las cucarachas viven en una gran variedad de hábitats.
"A excepción de la Antártica, se han visto en todos los continentes, desde selvas tropicales a desiertos", explica George Beccalono, experto en insectos ortóperos del Museo de Historia Natural de Londres.
Si bien hay una abundancia de especies en los trópicos y en altitudes bajas, donde las temperaturas son altas, hay las que son resistentes a climas extremos.
La Eupolyphaga everestiana es una montañera que vive en el Monte Everest, y en otros rincones de la Tierra que están a más de 5.000 metros de altura.
2. Gigantes, ecológicas y desinteresadas en los humanos
La cucaracha cavadora gigante o cucaracha rinoceronte de Queensland, Australia puede llegar a medir ocho centímetros y pesar 30 gramos.
Pero si esta te parece grande, espera a ver la Megaloblatta blaberoides, que presume de sus 18 centímetros de largo. Estamos hablando de cucarachas del tamaño de tu mano. Pero no hay por qué alarmarse. A estos insectos no les interesan los humanos.
"Las cucarachas rinocerontes, por ejemplo, sólo se alimentan de cortezas y hojas muertas", señala Beccaloni.
La mayoría de las cucarachas tienen un papel ecológico como el de sus parientes gigantes, alimentándose de materia orgánica en descomposición y por ende haciendo que haya nutrientes disponibles para otros organismos."Hay indicios de que la importancia ecológica (de las cucarachas) es enorme", dice Beccaloni.
3. Un delicioso manjar
Para muchas especies -humanos incluidos- las cucarachas son consideradas un delicioso manjar. Esto explica por qué muchas han evolucionado en formas ingeniosas para evitar ser comidas. La cucarachas banana o cubana (Panchlora) optó por llevar un camuflaje simple: su verde color las ayuda a mezclarse con el follaje. Mientras que la Perisphaerus pueden en enrollarse en una especie de pelota, un poco como un armadillo.
Y las Prosoplecta te pueden engañar con un traje muy parecido al de las mariquitas. Y para lograr que las alas parezcan redondeades, Beccaloni señala que doblan sus alas en las puntas, "de la misma forma que ocurre con los paraguas".
4. Reproducción sin machos y aparatos como placentas
"Cuando hablamos de biología reproductiva, como grupo, las cucarachas, son uno de lo más -sino el más- variado de todos los insectos", cuenta el experto.
Algunas especies de cucarachas parecen ser totalmente partogenéticas.
Las hembras son capaces de hacer clones perfectos sin la necesidad de machos o copulación.
Otras pueden cambiar de modo sexual a asexual, dependiendo de las condiciones en las que estén.
Sin embargo, la mayoría de las especies de cucarachas producen un saco de huevos, otras los ponen y se van, y algunas las llevan los huevos en su cuerpo hasta que dan a luz a los retoños.
uizás las más interesantes sean las Diploptera punctata, que depositan los huevos directamente en sus bolsas de crías y las alimentan con una secreción como la leche.
"Es la proteína rica en energía más nutritiva que se haya descubierto", según Beccaloni, dando a luz crías bien desarrolladas.
Si esto suena familiar, así debería ser.
"Es una situación muy similar a la de la placenta de un mamífero", comenta Beccaloni.
Y en algunos casos, la hembra incluso cuida a sus crías tras nacer.
Y si todo esto no te convenció, quizá wall-e y su mascota lo hagan: