De acuerdo con el estudio publicado en el portal 'Medicalxpress' el efecto de la radiación de radiofrecuencia de baja intensidad sobre las células provoca un desequilibrio entre la producción de una especie reactiva de oxígeno y la defensa antioxidante.

Según Igor Yakimenko, uno de los coautores del estudio, dicho desbalance, definido también como 'tensión oxidativa', explica el desarrollo del cáncer y otros desórdenes, como el dolor de cabeza, fatigas y la irritación de piel.

No obstante, este no es el primer caso en el que se confirma que las ondas de radio producidas por los dispositivos inalámbricos pueden causar cáncer.

En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (Francia) clasificó ese tipo de radiación como una posible fuente del surgimiento de tumores cancerígenos, sin embargo hasta la fecha era imposible estimar los riesgos que provoca este tipo de radiación en el organismo de una persona.