Chau a la contaminación de las bolsas: descubren un gusano que come plástico
Por casualidad, una investigadora europea dejó gusanos de cera en una bolsita de polietileno y descubrió que los invertebrados comenzaron a devorarla. Con ayuda de la ciencia, las orugas podrían ser la solución para degradar las islas de plástico en el océano.
Los gusanos de cera en Europa son una plaga que se instala en los campos de apicultores, donde destruyen panales y se comen la miel. Pero ahora, estos pequeños bichitos podrían ser vistos como los mejores amigos del hombre, ya que, según descubrieron recientemente, son capaces de devorar y procesar plástico.
La investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Federica Bertocchini, descubrió las propiedades de estos invertebrados por casualidad. Y luego, junto a científicos de la Universidad de Cambridge, confirmaron que estas orugas literalmente se comen las bolsas de plástico.
"Yo soy apicultora aficionada y un día, limpiando las colmenas, descubrí los gusanos. Los puse en una bolsa de plástico y veinte minutos después estaba llena de agujeros. En ese mismo instante supe que esos insectos eran algo muy especial", aseguró Bertocchini según publicó el sitio español RTVE.
La investigación fue publicada por la revista especializada Current Biology, y la principal tarea fue comprobar que los gusanos realmente procesaran el polietileno. "Era esencial comprobar que los gusanos no se habían limitado a comerse la bolsa sino que la habían degradado con un proceso químico y a gran velocidad. Era algo realmente impresionante", explicó la científica.
Según los experimentos, 100 gusanos de la cera son capaces de biodegradar 92 miligramos de polietileno en 12 horas, "es realmente muy rápido", indicó.
En todo el mundo se producen más de 80 millones de toneladas de polietileno. Las bolsas de plástico que utilizamos habitualmente pueden tardar cerca de 100 años en descomponerse, mientras que las más densas y resistentes pueden llegar a tardar hasta 400 años.
Las bolsas de plástico invaden las calles, los bosques, y hasta forman islas en el océano. Todo esto podría terminar si la ciencia aplicada le saca jugo al gusano de la cera.