El presidente Javier Milei claramente se quiere mostrar como un adicto al trabajo, un hombre que se dedica 24/7 a los suyo pero lo cierto es que los hechos demuestran otra cosa.

Y es que el mandatario desperdicia varias horas por día en ponerle like o repostear tuits ajenos y tanta es su actividad en redes que hasta hay una cuenta que se dedica a calcular no solo sus interacciones sino también el tiempo que el hombre se la pasa tuiteando.

A pesar de que querer defenderlo, Mercuriali quedó una vez más en off side. Mientras el Presidente debe estar tuiteando.